lunes, 20 de octubre de 2008

11:08 p. m.
Por David Mercado
LA PAZ (Reuters) - El presidente Evo Morales encabezó este lunes la marcha más grande que se recuerde en Bolivia, episodio final de una larga lucha por la convocatoria a un referendo para poner en vigencia una nueva Constitución nacional de línea indigenista y socialista.
Minutos antes del arribo del mandatario a la plaza de los palacios de Gobierno y Legislativo se anunció que oficialismo y oposición habían llegado a un acuerdo en el Congreso para convocar al referendo constitucional en enero y a elecciones generales anticipadas en diciembre del 2009.
El mandatario, flanqueado por el líder de la Central Obrera Boliviana (COB), Pedro Montes, y otros dirigentes sindicales nacionales y de organizaciones sociales, culminó a las 15.00 hora local (1900 GMT) la etapa final de 32 kilómetros de la marcha de 200 kilómetros iniciada una semana antes.
Cuando Morales tomó asiento en un escenario callejero entre los dos palacios, decenas de miles de marchistas estaban todavía en una columna de más de diez kilómetros que avanzaba en ambiente festivo hacia el centro paceño, desbordado de manifestantes aunque sin incidentes de violencia según la policía.
Morales, quien se incorporó a la marcha en la madrugada en un pueblo altiplánico, hizo una ofrenda a la Pachamama (madre tierra) al pasar por La Ceja, confluencia entre la combativa ciudad aymara de El Alto y La Paz.
"Esto es impresionante, esto no puede ser desoído por una minoría", dijo Morales, vitoreado por millares de simpatizantes alteños que luego se sumaron a la caminata, en un descenso final de 12 kilómetros hasta el corazón político boliviano.
"Es sin duda la marcha más grande de la historia de Bolivia, los cálculos iniciales de más de 200.000 marchistas han quedado pequeños en esta jornada", dijo a reporteros el ministro de Gobierno, Alfredo Rada, mientras radios manejaban cifras de hasta medio millón de manifestantes, sumando a los llegados de otros lugares del país.
AL CONGRESO
Los líderes de la manifestación habían amenazado con tomar el Congreso si no se aprueba la convocatoria al referendo, mediante el cual Morales quiere poner en vigencia una nueva Constitución de línea indigenista y socialista.
"De aquí no nos movemos hasta tener la ley del referendo", dijo el minero Montes, advirtiendo que, pese al anunciado acuerdo, los marchistas estaban listos para "una vigilia interminable frente al Congreso, si es necesario".
Al emprender la caminata final, Morales dijo que "no es posible que grupos minoritarios chantajeen la aprobación de una ley que permita (...) que el pueblo boliviano diga sí o no a la nueva Constitución".
El dirigente de los cocaleros, que hizo su carrera política con decenas de marchas y bloqueos de rutas, estuvo también en el inicio de la colorida manifestación de 200 kilómetros, hace una semana en el pueblo altiplánico de Caracollo.
"Me sumo primero como afiliado de la COB, segundo como afiliado de (la confederación de pueblos originarios) Conamaq, de mi ayllu sullca de Orinoca, tercero como afiliado a la (confederación campesina) CSUTCB y cuarto como afiliado a los colonizadores", dijo el mandatario.
La nueva carta magna, que dará más poder a los indígenas, prohibirá nuevos latifundios y consolidará el control estatal sobre la economía, fue aprobada en diciembre del 2007 por una Asamblea Constituyente de la que la oposición se autoexcluyó.
Pero la principal fuerza opositora, la alianza derechista Podemos, aprovechó la negociación de este mes en el Congreso para hacer decenas de retoques al nuevo texto constitucional a cambio de sus votos para sumar los dos tercios necesarios para convocar al referendo.

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