jueves, 29 de octubre de 2009

9:35 a. m.


MIAMI. Florida - Como si se tratara de una novela de espionaje digna de la pantalla gigante, la historia secreta de Juanita Castro continúa sorprendiendo y dando de qué hablar... La hermana del ex gobernante cubano Fidel Castro este martes reveló en exclusiva los nombres de las dos personas que en Cuba fueron sus cómplices en su trabajo de inteligencia como la agente "Donna" para la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

No se pierda la serie especial con Juanita Castro, titulada "La Historia Secreta", toda esta semana, a las 6 p.m. Este, en exclusiva por Noticias Univision 23.

No es secreto que Juanita Castro, ahora de 76 años, inicialmente respaldó a su hermano en 1959 cuando derrocó al dictador Fulgencio Batista.

Pero después de que éste asumiera el poder, rápidamente se desilusionó debido al gran número de ejecuciones de la revolución y la confiscación rampante de las propiedades privadas.

Ese "desencanto" con el régimen de Fidel Castro -y de su hermano Raúl-, la motivó a aceptar una "invitación" de Virginia Leitao da Cunha, esposa del entonces embajador de Brasil en La Habana, para convertirse en una agente encubierta de la CIA.


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Las hermanas Morgade

En la tercera parte de la serie "La Historia Secreta", Juanita Castro aseguró que en su casa de huéspedes en La Habana, nadie sospechaba que ella había sellado dramáticamente su destino en México, aceptando colaborar con la CIA y que lo más urgente, era encontrar a quién trabajara con ella cercanamente.

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"Yo tenía sólo dos personas que podían ayudarme, que yo confiaba plenamente en su discreción, en su lealtad, en su amistad, o sea para mi eran cien por ciento garantía", explicó Juanita.

Garantía comprobada por los años, desde que en la década de los 40, Juanita y Enma Castro conocieran a las hermanas Carmen e Hilda Morgade en el internado de Las Ursulinas en La Habana.

"Enma y Juanita eran las mejores amigas de mi vida, más que amigas son como unas hermanas para mi. Osea, entre nosotros no había secretos, en verdad", aseguran las hermanas Morgade.



Y no los hubo como tampoco hubo otra opción para ellas, porque de golpe, Juanita les confesó lo de la CIA y les pidió su ayuda.

"¿Quién se iba a imaginar una cosa así?, ¿Que Juanita viniera con esa proposición? Por supuesto que no, pero yo creo que no nosotros, cualquiera lo hubiera aceptado, éramos personas que teníamos ideales, sueños. Habíamos salido de una dictadura, de Batista por supuesto, y estábamos entrando a otra mucho peor. Para mi aquello era como una oportunidad de hacer algo por mi patria", explicaron las Morgade.

"Corrían sus riesgos al igual que los corría yo en definitiva, con todas estas actividades... tú sabes que el cuco de Fidel era la CIA", señaló Juanita.

El trabajo de descifrar los mensajes

Las hermanas Morgade explicaron cómo en ciertos días de la semana tenían que sintonizar eso y oir una música. Si escuchaban la melodia de Fascinación, había mensaje. Si era la música de Madame Butterfly tenían la noche libre.

"Había un librito que tenía muchos numeritos que nosotros teníamos, que era el libro de los códigos... Cinco, seis, ocho, cuatro, era un aburrimiento. Después teníamos que tomar el librito de nosotros y ver con qué número habían empezado, se lo restábamos a los números que ellos nos habían dado y de ahí salian las letras, y esas letras formaban palabras, o sea, era un trabajito complicado", contaron las Morgade.

Y no sólo descifraban mensajes, también acompañaban a Juanita a entregar los mismos.

Lina, la madre de Juanita, no lo sospechaba. Aunque sabía que estaba ayudando a personas, a presos políticos, a salvar gente, las Morgade aseguran que una vez muriera Lina las cosas cambiarían.

"Al irse Lina tuvimos un poco más de respeto. Es decir, Fidel nunca hubiera tocado a Juanita viviendo la madre. Ya muerta la madre, la situación era otra", comentaron las hermanas.

Un peligro que aumentó el 6 de agosto de 1963 cuando Lina Ruz murió. Recuerda Ana Ely Esteva, amiga y colaboradora de Juanita, presente en el sepelio.

"Estando en el cementerio, sin enterrar a Lina, ya Fidel estaba repartiendo la tierra, yo creo que Fidel no quería ni a su madre, la verdad. Raúl fue distinto. Raúl si se tiró arriba de la madre. Raúl sí quería a su madre, por lo menos se ocupaba de ir a verla casi todas las semanas y Lina le podía hacer cualquier chiste, aunque fuera contrarrevolucionario, que Raúl se reía de los chistes de su madre, pero con Fidel no", comentó.

Con este negro panorama, a principios de junio de 1964, Juanita con ayuda de "Enrique", su contacto en la CIA, un agente estadounidense que durante años estuvo infiltrado en Cuba como jugador de casino, sacó de Cuba a las hermanas Morgade, así como a Ana Ely Esteva y a un grupo de siete personas más.

Directos llegaron a México a un apartamento que la CIA les proporcionó en la capital mexicana. Y así el 29 de junio de 1964, Juanita se declaró contra el régimen cubano.

"Como era de esperarse, al otro día aquello era un hervidero, la embajada de Cuba en México andaba tratando de contactarme, tratando de ubicarme, no sabían donde yo estaba", recordó Juanita.

Enrique, el artífice de la perfecta logística de la deserción cuidó del último detalle y decidió evitar el peligro. Escondió en Puerto Vallarta, entonces un pequeño pueblo de pescadores, a Juanita y  a las hermanas Morgade.

"Estuvimos como tres semanas en Puerto Vallarta hasta que todo, una relativa calma ya vino después de todas estas denuncias que yo hice", señaló Juanita.

Pronto le comenzaron a llegar invitaciones para visitar países: Brasil encabezó la lista. En agosto de 1964 Vasco Leitao Da Cunha, nombrado canciller brasileño y su esposa Virginia, dan el gran recibimiento a su amiga.

Virginia y Juanita finalmente se reencuentran en libertad y junto a ellas Carmita Morgade y Ana Ely Esteva.

Después vendría Argentina, Puerto Rico, Panamá... Pero faltaba Miami, a donde llegó el 8 de octubre de 1964.

"Yo no pensaba ya en ese momento en que llegué yo a Miami, que si eran batistianos, o eran … no pensaba nada de eso, para mi eran cubanos y punto", confesó Juanita.

Y ¿cómo fue la recepcion?

"¡Muy mala!", lamentó.

En la próxima entrega de la serie especial de Noticias Univision 23 con Juanita Castro, titulada "La Historia Secreta", podrá conocer cómo fue el recibimiento de Juanita en Miami.

Un exilio más agrio que dulce. Los titulares de los periódicos la reciben el 8 de ocubre de 1964 diciendo: Vergüenza de américa, Juanita Castro en Miami.

Mientras en Nueva York, los carteles en un acto decían; Juana Castro pidió paredón para los mártires de Playa Girón, sin saber que desde 1961 luchaba por los suyos encubierta en Cuba.


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