viernes, 31 de octubre de 2008

10:36 a. m.
WASHINGTON, 31 Oct 2008 (AFP) - Llegó la hora de movilizarse para los demócratas, que además del puerta a puerta, clásico en Estados Unidos, innovan con veladas en las que llaman a electores de estados clave para que el 4 de noviembre voten por Barack Obama.
Ann Ingram, una jubilada de 76 años, no conoce a ninguno de los invitados reunidos esa tarde en la hermosa casa de Hillary y René Lake, en el noroeste de Washington (este), pero aún así vino. "He contribuido a la campaña de Obama con dinero pero no había podido dar mi tiempo", cuenta.
Al igual que el resto de los invitados --que entre llamada y llamada degustan lasañas sazonadas o pollo frito-- Ann ha recibido una lista de electores preseleccionados a partir de registros públicos. La idea es telefonear únicamente a los estados tradicionalmente republicanos susceptibles de bascular.
En el menú está el estado de Virginia, incluidas sus localidades más aisladas y conservadoras. René y Hillary han pedido a una decena de amigos y militantes que vengan con sus teléfonos móviles. Ellos proporcionan el resto de la logística, como las listas que descargan e imprimen desde el sitio "mybarackobama.com".
Al lado del nombre de cada elector figura un pequeño guión de las cosas que decir y un cuestionario con casillas que marcar, del tipo "número equivocado, no está, se niega a contestar, votará por Obama o votará por (John) McCain".
Esta "phone banking party" (formula que deriva de "data bank", banco de datos) como le llaman, es la última innovación del equipo de Obama, que ya se distinguió durante las primarias por técnicas como mensajes de texto dirigidos a personas predeterminadas o un sitio comunitario que sigue el modelo de la red social "facebook".
En dos horas, Hillary ha llamado a unas 40 personas, de las cuales una decena estaban ausentes. A estas les deja un cálido mensaje: "Espero de verdad que consideren votar a Obama el martes, cuídense mucho".
Según ella "no hay nada que perder" con esta vasta iniciativa, incluso cuando a su amiga Michelle le cuelgan el teléfono con un lapidario "Esta es la casa de mis padres, les agradecería que no vuelvan a llamar".
La propia Hillary ha tenido que vérselas con un hombre de tono hosco --"No tengo nada que decirles, yo voto por McCain"-- y con una mujer aparentemente aterrada que le susurró "no puedo hablar". Otra pareció vacilar sobre si contarle sus intenciones de voto. "En el sur de Virginia los negros vivieron la segregación y tienen a menudo un reflejo de víctimas", comenta la anfitriona.
Mike Fulsom, un canadiense de 22 años que ingresa los datos recogidos por los otros en el sitio en línea de la campaña demócrata, se sobresalta cuando lee la anotación "Abajo Obama" como respuesta de un habitante de la Virginia profunda.
Este estudiante considera "muy importante" su participación directa en la campaña, a pesar de que no es estadounidense y no puede votar. "La elección del presidente estadounidense no sólo afecta a Estados Unidos sino al conjunto del mundo", dice.
Idriss, un ejecutivo negro, consigue una respuesta amigable. "En esta casa estamos todos por Obama", contesta una joven de la localidad de Virginia Beach.
La velada llega a su fin y Ann se siente satisfecha. "Es genial esforzarse por algo que nos importa", dice esta jubilada. "Llamar alienta a la gente que está a favor de Obama a realmente ir a votar (y) quizás hace reflexionar a otros", agrega.

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