jueves, 16 de octubre de 2008

10:00 a. m.
"No creí que Obama estuviera tan cómodo esta vez cómo lo estaba en los otros dos debates, pero realmente no escuché ningún desacierto, ningún gran error", señaló Larry Sabato, un profesor de ciencias políticas en University of Virginia.
Por Steve Holland
WASHINGTON (Reuters) - Guardaron lo mejor para el final.
El nominado republicano a la presidencia John McCain, enfrentando una gran presión, tuvo su mejor desempeño en un debate el miércoles en Hempstead, Nueva York.
Pero el demócrata Barack Obama no fue derribado de su pedestal y quedó en una posición aparentemente fuerte, llevando la delantera en sondeos nacionales cuando faltan menos de tres semanas para el día de las elecciones, el 4 de noviembre .
No hubo momentos que cambiaran las reglas del juego y que redefinieran la naturaleza de una carrera que se está inclinando a favor de Obama.
"No creí que Obama estuviera tan cómodo esta vez cómo lo estaba en los otros dos debates, pero realmente no escuché ningún desacierto, ningún gran error", señaló Larry Sabato, un profesor de ciencias políticas en University of Virginia.
Como consecuencia, dijo Sabato, "él podría incluso ser declarado ganador".
McCain rechazó insistentemente el argumento de Obama de que el senador por Arizona es un clon del poco popular presidente George W. Bush.
"Senador Obama, no soy el presidente Bush. Si quería enfrentarse al presidente Bush, debió haberse postulado cuatro años atrás", dijo el aspirante republicano.
Y en el último de los tres debates, McCain planteó en reiteradas ocasiones el tema de si se podía confiar en Obama, un senador por Illinois, rompiendo su silencio de debates anteriores sobre los vínculos del demócrata con el radical de la década de 1960 William Ayers.
Ayers fue un miembro fundador del grupo contra la guerra en Vietnam Weather Underground que puso artefactos explosivos en el Pentágono y el Capitolio de Estados Unidos a comienzos de la década de 1970.
"Ese fue el mejor debate de McCain", dijo el estratega republicano Scott Reed. "Tuvo a Obama a la defensiva durante la mayor parte de la noche y lo cercó con (el tema de) la confianza. La confianza y el juicio son de lo que esto se va a tratar", agregó.
TACTICA DE DOBLE FILO
McCain también estuvo en un dilema. Para avivar la carrera tuvo que atacar a su rival, pero la táctica era una espada de doble filo ya que puede desalentar a algunos votantes.
De hecho un sondeo de New York Times/CBS News reportó esta semana que muchos estadounidenses pensaban que el reciente giro tomado por McCain le había hecho más daño que bien.
Bruce Merrill, profesor de comunicaciones de masas y medios en Arizona State University, consideró que McCain tuvo un desempeño bueno, aunque no lo suficiente.
"Realmente creo que su negatividad, el modo de ataque fue uno que no funciona bien con las mujeres e independientes", dijo Merrill.
El lenguaje corporal posiblemente jugó un rol mayor en este debate que en otros. Obama se rió abiertamente de algunos de los puntos de McCain. Hubo momentos en los que McCain pareció estar malhumorado.
La meta de Obama en el último enfrentamiento cara a cara con McCain era evitar grandes tropiezos, y a sus partidarios les pareció que tuvo éxito.
"Creo que Obama sabía que tenía más qué perder en este (debate) que McCain francamente", dijo al estratega demócrata Liz Chadderdon.

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