Por Ángeles Cruz MartínezEl VIH/sida aumenta de manera desproporcionada entre los latinos que viven en Estados Unidos, comparado con los anglosajones; representan 14 por ciento de la población, pero concentran 19 por ciento de los casos diagnosticados.
Además, señala una investigación de la Iniciativa de Salud de las Américas de la Universidad de California en Berkeley, el índice de infección del virus entre los oriundos de naciones latinoamericanas es 10 veces mayor que la tasa nacional estadunidense.
Esta situación forma parte de la problemática que enfrentan los latinos que buscan en el país del norte mejores condiciones de vida. Especialistas señalan que la propagación de la infección se debe, en parte, a que en sus lugares de origen, los migrantes no ejercen su sexualidad y a donde llegan tienen prácticas de riesgo sin protección.
A ello se suma que, en general, los latinos enfrentan condiciones deficientes de trabajo y de vida, falta de acceso a servicios médicos.
Sólo entre las mujeres latinas la tasa de prevalencia del VIH es cinco veces más alta que entre las estadunidenses.
Esta situación forma parte de la problemática que enfrentan los latinos que buscan en el país del norte mejores condiciones de vida. Especialistas señalan que la propagación de la infección se debe, en parte, a que en sus lugares de origen, los migrantes no ejercen su sexualidad y a donde llegan tienen prácticas de riesgo sin protección.
A ello se suma que, en general, los latinos enfrentan condiciones deficientes de trabajo y de vida, falta de acceso a servicios médicos.
Sólo entre las mujeres latinas la tasa de prevalencia del VIH es cinco veces más alta que entre las estadunidenses.
Las primeras reportan 9.5 casos por 100 mil habitantes y en las segundas es de 1.9.
El reporte dado a conocer durante el Foro Binacional de Políticas Públicas sobre Migración y Salud, efectuado en la ciudad de Zacatecas, indica que se han registrado 1.2 millones de seropositivos en Estados Unidos, de los cuales unos 200 mil son latinos.
También destaca el impacto de la epidemia en los jóvenes de 20 a 24 años. En 2005, 22 por ciento de los nuevos diagnósticos de sida correspondió a los latinos de este rango de edad, aunque su grupo sólo representaba 18 por ciento de la población joven estadunidense.
Otro dato relevante tiene que ver con el lugar de nacimiento de los portadores de VIH/sida. En 2006, 34 por ciento eran latinos nacidos en Estados Unidos; 17 por ciento eran originarios de Puerto Rico, y 17 por ciento de México.
La investigación incluye un apartado para dar cuenta de la situación que se registra en California, donde los latinos representan 36 por ciento de su población y concentran más de una tercera parte de los casos de sida.
Destaca que 70 por ciento de los latinos que viven con VIH/sida en California son de ascendencia mexicana, lo cual explica, en parte, que una cuarta parte de los casos del mal reportados en México estén vinculados con individuos que han vivido en Estados Unidos. Y es que a esa entidad estadunidense llega 28 por ciento de los migrantes mexicanos. La mayoría de ellos tiene dependientes familiares al otro lado de la frontera.
El estudio plantea la existencia de otros retos como la alta prevalencia de enfermedades de transmisión sexual entre los latinos, entre ellas, la clamidia, cuya frecuencia es del triple con respecto a la población anglosajona. Además, las tasas de infección de gonorrea y sífilis son dos veces más altas para los primeros.
Indica que entre los latinos es más probable que pospongan la atención médica por factores como carencia de seguro o de transporte, aun cuando hayan sido diagnosticados como portadores de VIH/sida. Incluso, este sector se realiza la prueba de detección del virus cuando ya está avanzado el padecimiento.
Respecto de los anglosajones, es más probable que los latinos ya hayan desarrollado sida en el momento del diagnóstico en el siguiente año. Aquellos, en cambio, acuden a los servicios médicos en estadios tempranos de la infección.
El reporte dado a conocer durante el Foro Binacional de Políticas Públicas sobre Migración y Salud, efectuado en la ciudad de Zacatecas, indica que se han registrado 1.2 millones de seropositivos en Estados Unidos, de los cuales unos 200 mil son latinos.
También destaca el impacto de la epidemia en los jóvenes de 20 a 24 años. En 2005, 22 por ciento de los nuevos diagnósticos de sida correspondió a los latinos de este rango de edad, aunque su grupo sólo representaba 18 por ciento de la población joven estadunidense.
Otro dato relevante tiene que ver con el lugar de nacimiento de los portadores de VIH/sida. En 2006, 34 por ciento eran latinos nacidos en Estados Unidos; 17 por ciento eran originarios de Puerto Rico, y 17 por ciento de México.
La investigación incluye un apartado para dar cuenta de la situación que se registra en California, donde los latinos representan 36 por ciento de su población y concentran más de una tercera parte de los casos de sida.
Destaca que 70 por ciento de los latinos que viven con VIH/sida en California son de ascendencia mexicana, lo cual explica, en parte, que una cuarta parte de los casos del mal reportados en México estén vinculados con individuos que han vivido en Estados Unidos. Y es que a esa entidad estadunidense llega 28 por ciento de los migrantes mexicanos. La mayoría de ellos tiene dependientes familiares al otro lado de la frontera.
El estudio plantea la existencia de otros retos como la alta prevalencia de enfermedades de transmisión sexual entre los latinos, entre ellas, la clamidia, cuya frecuencia es del triple con respecto a la población anglosajona. Además, las tasas de infección de gonorrea y sífilis son dos veces más altas para los primeros.
Indica que entre los latinos es más probable que pospongan la atención médica por factores como carencia de seguro o de transporte, aun cuando hayan sido diagnosticados como portadores de VIH/sida. Incluso, este sector se realiza la prueba de detección del virus cuando ya está avanzado el padecimiento.
Respecto de los anglosajones, es más probable que los latinos ya hayan desarrollado sida en el momento del diagnóstico en el siguiente año. Aquellos, en cambio, acuden a los servicios médicos en estadios tempranos de la infección.
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