lunes, 13 de octubre de 2008

11:41 a. m.
Tomado de Elpaís.com
Andy Martin, polémico abogado acumulador de juicios, ha orquestado la campaña de bulos sobre el candidato demócrata.
Madrid. España. (13-10-2008).- El hecho se produce el pasado viernes por la noche. El candidato republicano, John McCain, se encuentra en mitad de un encendido mitin en Lakeville, Minnesota. Una mujer toma el micrófono y le dice: "No puedo confiar en Obama, he leído que es árabe". A lo que McCain responde tajante "no", con la cabeza gacha, como lamentando que ese bulo haya corrido de boca en boca. Y añade, agarrando el micro: "Es un hombre de familia y un ciudadano decente con el que resulta que tengo diferencias en asuntos fundamentales y de eso es de lo que va esta campaña". A las palabras del republicano le sigue un abucheo en toda regla por parte de sus seguidores más enardecidos.
La
escena ilustra a la perfección el nivel de descrédito al que han llegado los ataques personales contra el aspirante demócrata, Barack Obama, a raíz de las mentiras sobre su persona que corren como un reguero de pólvora por Internet. Pero tan importante como la lamentación de McCain es la profundidad con la que han calado cada una de las historias falsas sobre Obama en un electorado conservador que se supone la base del Partido Republicano. Y la pregunta es: ¿quién está detrás de estas mentiras? La respuesta se llama Andy Martin.
Abogado de 62 años, Martin se ha hecho famoso por encabezar la campaña de desprestigio contra Obama. Hasta la pasada semana su rol consistía en ser un agitador del ciberespacio contra el candidato demócrata que tenía cierta legión de seguidores en blogs y foros de Internet. Pero a raíz de la acogida de sus palabras entre el electorado, los medios de comunicación estadounidenses se han hecho eco de su persona, permitiendo que sus mensajes puedan ser escuchados por millones de personas.
Así sucedió durante el programa documental Hannity's America de la cadena conservadora Fox News Channel, emitido el pasado 5 de octubre antes del caldeado mitin de McCain en Minnesota. Ante tres millones de telespectadores, Martin arrojó todo tipo de mentiras sobre Obama como su pasado musulmán o sus vinculaciones terroristas y revolucionarias con William Ayers. Identificado en Fox como un "periodista de Internet", los productores del programa aseguraron después que el abogado expresaba sus opiniones sin necesariamente ofrecer hechos probados.
Amplia repercusión en Internet
Con residencia en Chicago, Martin se reconoce como un letrado convertido en escritor que gasta todas sus energías en mantener su web anti-Obama, llamada
FreeRepublic.com, y publicar sus artículos políticos. La relevancia de su nombre ha cobrado interés hasta en The New York Times. El diario neoyorquino ha dedicado un artículo sobre la controvertida figura de Andy Martin en el que se afirma que "está entre los primeros, sino el primero, en dar crédito y difundir la cadena de correos electrónicos que aseguran que Obama es musulmán".
Las opiniones de Martin han recorrido todo el ciberespacio norteamericano y son acogidas al calor de las bases más conservadoras. En algunos de los emails se muestra a Obama como un practicante secreto del Islam, que durante su estancia en Indonesia acudió a escuelas fundamentalistas wahabíes. La biografía de Obama señala que pasó dos años en una escuela católica y otros dos en un colegio público abierto a todas las religiones.
Martin ha estado envuelto en todo tipo de juicios que le han enfrentado con políticos, jueces y abogados durante más de 30 años de carrera. Según cuenta The New York Times, el polémico letrado ingresó en la cárcel durante los noventa por un caso de agresión física en Florida. Ferviente liberal, Martin ha pasado por el Partido Demócrata y el Republicano intentando hacer carrera política antes de pasar a convertirse en un gúru del ciberespacio. Cuando se postuló para el Congreso en las filas demócratas, se hizo famoso por unas declaraciones en las que proponía "la exterminación del poder judío en EE UU". Incluso llegó a lanzar un anuncio de televisión en el que insinuaba que George W. Bush era consumidor de cocanía.

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