jueves, 9 de octubre de 2008

9:40 a. m.
Bancos y compañías hipotecarias aprovecharon la oportunidad de incursionar también en el financiamiento de la vivienda a inmigrantes indocumentados, un mercado potencial valuado en 2004 en unos 44 mil millones de dólares.

Dallas (Notimex).- Organizaciones antiinmigrantes en Estados Unidos están empezando a culpar de la crisis económica que vive el país a los indocumentados y a las "elites políticas", a las que acusan de promover créditos hipotecarios como política social.
Organizaciones y grupos antiinmigrantes responsabilizan a los indocumentados de ser quienes, en los últimos años, obtuvieron una buena parte de los créditos hipotecarios que, al dejarse de pagar, crearon la situación de insolvencia en la banca y desataron la crisis.
"Estamos en un caos porque nuestras élites políticas pensaron que era una buena política social promover que los bancos otorgaran hipotecas a gente no sujeta de crédito", aseguró Mark Krikorian, director del Centro de Estudios de Inmigración, organización que se opone a la inmigración indocumentada.
Krikorian acusó al gobierno federal de haber promovido el crédito como si fuera un derecho civil que debe otorgarse a todos, incluso a los indocumentados.

Por su parte, el analista político conservador Dave Gibson no dudó en una columna publicada la semana pasada en señalar que "años de extender créditos a inmigrantes indocumentados han contribuido a la crisis económica".
Para ambos, la crisis comenzó a fraguarse en 2003, cuando en un intento por aumentar los índices de propiedad de vivienda en el país, estancados por décadas en alrededor de 64 por ciento, el gobierno federal alentó a los bancos a prestar dinero a los inmigrantes.

El gobierno se comprometió a respaldar dichos créditos y alentó incluso a que éstos fueran emitidos sin enganche.

Bancos y compañías hipotecarias aprovecharon la oportunidad de incursionar también en el financiamiento de la vivienda a inmigrantes indocumentados, un mercado potencial valuado en 2004 en unos 44 mil millones de dólares.

Countrywide, que en 2004 era considerada la principal compañía hipotecaria del país, comenzó a comercializar de manera agresiva sus créditos a inmigrantes.

La compañía, que el año pasado se declaró en bancarrota, introdujo un programa de educación crediticia orientado a inmigrantes que incluía facilidades para la compra de vivienda, como la de no requerir el pago de "enganche" inicial y no tomar en cuenta el historial crediticio.

Bank of America y otros grandes bancos estadunidenses aprovecharon también los mecanismos de identificación que por primera vez estaban disponibles para los indocumentados, como la Matrícula Consular y el "Número de Identificación Individual del Contribuyente" (ITIN), para emitir créditos e hipotecas.

Sin embargo, luego del auge crediticio, los altos intereses de estos créditos, además de las cambiantes condiciones del mercado como la caída en el valor de las casas y el aumento en los índices de desempleo, colocaron a muchos inmigrantes en la imposibilidad de pagar las hipotecas.

"No es una coincidencia que las áreas más golpeadas por la ola de embargos hipotecarios sean también las principales áreas de concentración de indocumentados", señaló Michelle Malkin, una afamada columnista antiinmigrante.

De acuerdo con el Centro de Responsabilidad Crediticia, la mitad de las hipotecas emitidas a hispanos en los últimos cuatro años caen bajo la clasificación de riesgo, las que se emiten con intereses más altos por el mal historial crediticio o el bajo salario de la persona que adquiere el préstamo.

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