DISTRITO NACIONAL. República Dominicana.- La Conferencia del Episcopado
Dominicano exhortó este miércoles a los electores que denuncien la compra
de cédula y las prácticas corruptas o cualquier otra acción fraudulenta y llamó
a votar con conciencia.
Además,
pidió realizar un proceso electoral en paz, con respeto al espacio público y de
las ofertas de los candidatos abiertos al diálogo y con un verdadero
sentido de madurez humana y política.
En
su carta pastoral con motivo del Día de la Independencia, la
iglesia católica insta a los políticos a que se comporten con altura en
esta campaña electoral, y que las actividades proselitistas se desarrollen en
base a los programas que ofrezcan los partidos, su posibilidad de ejecución y
atendiendo a las prioridades de los problemas que afectan en su conjunto a
nuestra sociedad dominicana.
Los
obispos también hacen la exhortación a los votantes a ejercer el sufragio con
conciencia, sin dejarse comprar con prebendas y además, que denuncien la compra
de cédula. “Vayamos a las urnas con verdadera conciencia ciudadana y no nos
dejemos arrastrar por la masificación o por simples prebendas. Rechacemos y
denunciemos las prácticas corruptas de la compra de cédulas y cualquier otra
acción fraudulenta. No vendamos nuestra conciencia a la hora de votar. Nadie se
sienta obligado a votar por aquel que le ofrece dádivas. Es la conciencia la
que debe determinar el voto no la retribución por una prebenda recibida o el
amiguismo”
A
continuación el mensaje íntegro de los obispos.
«Próximas elecciones y otras
urgencias»
Introducción
1.
Nos dirigimos a todo el pueblo dominicano, hombres y mujeres de buena voluntad,
en ocasión de la Fiesta Patria de la Independencia, del 27 de Febrero 2016.
Esta vez queremos dirigir un mensaje breve de cara a la contienda electoral del
15 de mayo.
2.
En primer lugar valoramos el avance hacia la madurez que como Nación
hemos tenido en nuestra democracia. Nuestro pueblo ha ido tomando conciencia de
que hay que participar activamente en los procesos electorales. También,
valoramos que nuestros líderes políticos sepan comportarse con la debida
cordura, atendiendo las orientaciones de la Junta Central Electoral, y
acogiendo posteriormente, después de la contienda, los resultados del sufragio.
1. Próximas elecciones
A.
Consideraciones
3.
Se ha dado inicio al proceso de la campaña y nuestra gente espera de los
líderes políticos un comportamiento a la altura de un profesional de la
política. Es decir, se anhela que las actividades proselitistas se desarrollen
en base a los programas que ofrezcan los partidos, su posibilidad de ejecución
y atendiendo a las prioridades de los problemas que afectan en su conjunto a
nuestra sociedad dominicana.
4.
No es deseable una contienda política de bajo nivel, centrada en los
aspectos negativos de los opositores como si quienes la realizan no tuvieran
nada positivo que ofrecer de sí mismos como candidatos o como Partido; tampoco
es deseable una campaña fundamentada en falsas promesas o en promesas
irrealizables. Ni se espera de los candidatos ni de los partidos una promoción
partidaria apoyada en las dádivas que fomentan el clientelismo. Y menos aún que
desde el poder se usen los fondos públicos y los servicios que ofrece el
Estado, para tal propósito.
5.
Se desea una promoción publicitaria con sentido ecológico, que no ensucie
el ambiente, saturando las calles y avenidas de afiches y letreros. Lo mismo
hay que decir del ruido y del entaponamiento innecesario del tránsito que
muchas veces se produce por las concentraciones en las salidas de las ciudades
o en cualquier calle o avenida.
6.
Una campaña electoral apoyada en principios, en valores y en programas,
llevada con respeto y en sana coordinación con los opositores, habla mejor de
la madurez política de los partidos y candidatos.
B.
Exhortaciones
7.
Exhortamos, pues, a realizar un proceso electoral en paz, con respeto del
espacio y de las ofertas de los demás candidatos, abierta al diálogo y con un
verdadero sentido de madurez humana y política.
8.
Es lamentable que con frecuencia la política es vista como un medio para
el enriquecimiento grupal o personal y no como lo que verdaderamente debe ser,
un servicio al bien común. Peor aún, cuando el soporte económico de los
partidos, en los períodos electorales, es sustentado con dinero sucio, ya sea
procedente del narcotráfico, de los juegos de azar, de empresas evasoras de
impuestos, o de fondos dilapidados del Estado. Todos necesitamos una política
sana, limpia de corrupción, de lavado o de robo. Tenemos un pueblo trabajador y
esperanzado en un mejor porvenir. Tenemos derecho a esperar lo mejor de
nuestras instituciones y liderazgo político.
9.
Los invitamos por su propio bien y el de la Patria a no invertir en
candidatos políticos pensando obtener beneficios futuros. Inviertan en sus
trabajadores y en obras sociales: eso sí que pone la base de una democracia
sólida, que ninguna aventura política la puede derribar.
10.
Les exhortamos a no ser indiferentes frente al manejo de las
instituciones políticas. Actuemos con la debida conciencia, digámosle no
al clientelismo. Participemos conscientemente en la política, depositemos
el voto por el candidato que nos parezca mejor en principios, en valores
y en actitudes para ser un buen gobernante o un buen funcionario público.
Valoremos su honestidad, sus raíces familiares, su testimonio de vida, su
espíritu de servicio a la comunidad, su capacidad de administrar bien lo ajeno sin
creerse dueño de lo que no le pertenece, y sus propuestas políticas.
11.
Vayamos a las urnas con verdadera conciencia ciudadana y no nos dejemos
arrastrar por la masificación o por simples prebendas. Rechacemos y denunciemos
las prácticas corruptas de la compra de cédulas y cualquier otra acción
fraudulenta. No vendamos nuestra conciencia a la hora de votar. Nadie se sienta
obligado a votar por aquel que le ofrece dádivas. Es la conciencia la que debe
determinar el voto no la retribución por una prebenda recibida o el
amiguismo.
C.
Apoyemos a la Junta Central Electoral y acojamos el resultado de los votos
12.
Por último, hacemos el llamado que siempre hemos hecho a los candidatos a
puestos electivos. Demos un voto de confianza a la Junta Central Electoral para
la organización de la contienda. Apoyemos sus medidas administrativas del
proceso. Seamos celosos y vigilantes de nuestra democracia.
13.
Pasadas las elecciones, hay que respetar la decisión de la mayoría y
acoger con beneplácito la decisión del pueblo expresada en las urnas. Sumémonos
todos a las autoridades que resulten electas para que tengamos un gobierno que
fortalezca la democracia, que sirva al bien común y que oriente el país por los
mejores senderos, desarrollando la economía, fortaleciendo el sistema de salud
y la educación, creando fuente de trabajo, invirtiendo en la seguridad
ciudadana, mejorando nuestro sistema energético, ofreciendo mejores
oportunidades a la juventud; que haga valer el imperio de la ley, y en fin, un
gobierno que no incluya en su cultura política ni la corrupción, ni la
impunidad, ni el soborno, ni sustente sus ingresos presupuestarios fomentando
vicios que empeoran la salud social, como las bancas y juegos de azar, el
exceso de bebidas alcohólicas; que actúe con transparencia y que gobierne en
función del bienestar de todos.
2.
No olvidemos la ley de Partidos Políticos
14.
Por otra parte, pedimos encarecidamente y sugerimos que pasadas las
elecciones del presente año, el Congreso se esfuerce con seriedad y responsabilidad
a elaborar y aprobar la Ley de Partidos Políticos para una mayor transparencia
y ordenamiento en el quehacer político y para el fortalecimiento de nuestra
democracia.
3.
Valoremos la vida
15.
Ya sabemos, y es preocupación de todos, el crecimiento del clima de
violencia que va arropando poco a poco todos los ámbitos de nuestra sociedad.
En febrero del año 2009, tuvimos que dedicar nuestro acostumbrado Mensaje al
análisis y reflexión de esta problemática, bajo el título “¡Construyamos la
Paz! Erradiquemos la violencia y la inseguridad”. Ahora sólo queremos hacer un
breve llamado de atención.
16.
La vida que hemos recibido de Dios es un don de un valor único e
incalculable. Hemos de apreciarla, cuidarla y preservarla. Sólo Dios tiene
potestad sobre ella. De ahí que no podemos continuar dando muerte a nuestros
semejantes o siendo indiferentes ante tanta sangre derramada por cualquier
motivo y sin ninguna razón.
17.
Llamamos la atención de manera particular al Gobierno y a los sectores de
mayor poder o influencia social a hacer todo tipo de esfuerzo, y la inversión
que sea necesaria, a fin de que se detenga ya esta atmósfera de violencia e
inseguridad que se va tornando un tanto asfixiante. Hagamos una campaña
educativa y de concienciación a todos los niveles sobre la paz, la hermandad,
la tolerancia, el valor de la vida y el respeto al hermano y a su entorno y
pertenencias. Invirtamos en un proceso educativo que nos ayude a todos a sentir
la importancia del vivir en la paz y armonía con nuestros semejantes y con los
demás seres de la creación. Todos pongamos nuestro granito de arena,
especialmente en el campo de la formación de la conciencia, y comenzando por
nosotros mismos, con nuestros jóvenes y niños, miremos a nuestros semejantes
como un don de Dios en sí mismo que merece ser tenido en cuenta, valorado y
protegido.
18.
Reiteramos al Gobierno que debe hacer un mayor esfuerzo de inversión en
los cuerpos de seguridad del Estado. Es tiempo de que se mejoren los salarios
de los agentes del orden, se les ofrezca mayor capacitación y mejores
equipamientos para sus labores.
4.
Atención a la salud de los más necesitados
19.
En la Carta Pastoral sobre la Misericordia del 21 de enero de este año
hacíamos alusión a varios problemas que afectan a nuestra clase más
empobrecida. Entre estos veíamos el problema de tantos enfermos desamparados y
desprotegidos que no cuentan con ningún recurso económico para hacer frente a
su situación de salud. Llamamos nueva vez la atención a seguir mejorando
nuestro sistema de salud, que se agilice la inclusión de todos los dominicanos
en la seguridad social, que se tenga más cobertura en lo referente a las
enfermedades catastróficas, que se mejoren los servicios hospitalarios y que se
haga todo lo posible para que los sectores más pobres tengan acceso a
medicamentos más baratos y eficientes. Que los hospitales públicos cuenten con
mayor presupuesto, que sus recursos sean manejados con mayor pulcritud y
transparencia para un mejor servicio a los enfermos de menos recursos, y que se
mejoren los salarios de los servidores de la salud. En el mismo orden también,
hemos de prestar mayor atención a nuestros envejecientes, a los niños
desamparados y las madres solteras.
5.
El respeto a la ley y nuestro sistema de justicia
20.
Cuando miramos nuestra realidad y el comportamiento ciudadano en general,
percibimos que hay muchos dominicanos que viven y se comportan con civismo y
respeto a las leyes. Los hay en todos los niveles del tejido social. Gente que
sabe convivir con los demás y que entiende que todos somos iguales ante la ley.
Pero hemos de señalar que también hay otros dominicanos que les encanta vivir
como los chivos sin ley, atropellando a todo el mundo y pasándole por encima a
todo precepto y orden. Es grave y penoso cuando vemos estos comportamientos en
los que tienen como tarea velar por el cumplimiento de la ley.
21.
Un tema delicado al que hacemos un llamado particular es al sector de la
justicia. Reconocemos que hay muchos jueces serios y honestos que se esfuerzan
en el cumplimiento de sus sagrados deberes, respetando y aplicando la ley en el
dictamen de sentencias justas. En cambio otros son una vergüenza para la
institución y el país. Hay que seguir saneando tan alto poder del Estado. No
podemos seguir con un poder judicial amañado a intereses políticos, ni con
jueces corruptos comercializadores de sentencias. Exhortamos a los actores de
este ámbito del poder del Estado a seguir depurando a jueces y fiscales que no
merecen tal dignidad. Que se castigue con la debida sanción a quienes cometan
faltas graves en el ejercicio de sus funciones. Necesitamos una justicia
apegada a la ley y que sea la misma para todos, sin importar su condición
social, económica o política.
6.
El cuidado a nuestra casa común
22.
El Papa Francisco, con alta preocupación, ante el calentamiento global
que nos afecta a todos, ha publicado una Carta Encíclica titulada Laudato Si,
en la que invita a todos los ciudadanos del mundo a actuar con una verdadera
conciencia ecológica y a que hagamos todos los esfuerzos necesarios para
proteger y cuidar nuestra casa común que es la tierra.
23.
Invitamos a seguir cuidando nuestros ríos, limpiando sus afluentes,
forestando sus orillas, protegiendo nuestros bosques, manteniendo limpias
nuestras casas, barrios, calles y avenidazas. Cuidemos nuestros animales y
especies, y sobretodo respetemos la integridad del ser humano.
24.
Dada la trascendencia de esta temática, esta Conferencia nos proponemos
ofrecer próximamente una reflexión más ampliada, a la luz del documento del
Santo Padre, sobre la realidad de nuestro hábitat, sobre nuestra Quisqueya,
casa común de todos los que hemos tenido la dicha de nacer o vivir sobre éste
nuestro apreciado terruño.
25.
Que bajo la protección de la Virgen Santísima, nuestra madre de la
Altagracia, el Padre de la Misericordia tenga compasión de nosotros, nos
ilumine con la luz de su Espíritu y con la gracia de su Hijo nos ayude a
construir un país más próspero, armonioso y en paz con todos.
Santo
Domingo, República Dominicana, 27 de Febrero de 2016.
Dios
les bendiga,
†Nicolás
de Jesús Cardenal López Rodríguez,
Arzobispo
Metropolitano de Santo Domingo,
Primado
de América,
†Freddy
Antonio de Jesús Bretón Martínez,
Arzobispo
Metropolitano de Santiago de los Caballeros
†Gregorio
Nicanor Peña Rodríguez,
Obispo
de la Altagracia, Higüey
Presidente
de la Conferencia del Episcopado Dominicano
†José
Dolores Grullón Estrella,
Obispo
de San Juan de la Maguana
Vicepresidente
de la Conferencia del Episcopado Dominicano
†Francisco
Ozoria Acosta,
Obispo
de San Pedro de Macorís
†Diómedes
Espinal De León,
Obispo
de Mao-Montecristi
†Julio
César Corniel Amaro,
Obispo
de Puerto Plata
†Fausto
Ramón Mejía Vallejo,
Obispo
de San Francisco de Macorís
†Andrés
Napoleón Romero Cárdenas,
Obispo
de Barahona
†Héctor
Rafael Rodríguez Rodríguez, M.S.C.,
Obispo
de La Vega
R.
P. José Ulises Botello,
Administrador
Diocesano de Baní
†Amancio
Escapa Aparicio, O.C.D.,
Obispo
Auxiliar de Santo Domingo
†Valentín
Reynoso Hidalgo, M.S.C.,
Obispo
Auxiliar de Santiago de los Caballeros
†Víctor
Emilio Masalles Perez,
Obispo
Auxiliar de Santo Domingo
†Ramón
Benito De La Rosa y Carpio
Arzobispo
Emérito de Santiago de los Caballeros
†Fabio
Mamerto Rivas Santos, S.D.B.,
Obispo
Emérito de Barahona
Jesús
María De Jesús Moya,
Obispo
Emérito de San Francisco de Macorís
†Antonio
Camilo González,
Obispo
Emérito de La Vega
†Rafael
Leónidas Felipe Núñez,
Obispo
Emérito de Barahona
†Pablo
Cedano Cedano,
Obispo
Auxiliar Emérito de Santo Domingo
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