martes, 17 de marzo de 2009

10:39 a. m.
Por Sergio Acevedo

La crisis que sacude al Partido Reformista Social Cristiano, desde la desaparición física de su líder, el doctor Joaquín Balaguer, y que tuvo su punto más álgido con la vergonzosa derrota lograda en las elecciones del 2008, en las que el PRSC alcanzó algo más del 4% de los votos, entra ahora en una nueva etapa que puede marcar el camino hacia la reconstrucción o, por el contrario, sellar definitivamente la desaparición de esa entidad política, con el subsiguiente daño a nuestra democracia, aún imperfecta.

El laborantismo que se lleva a cabo en procura de la reunificaron de la organización política, afectada por sucesivas divisiones y la deserción de cuadros importantes en todo el territorio nacional, constituye un esfuerzo loable que merece ser respaldado por todos los reformistas amantes de su partido.

El problema está en que no se han asentado las bases sobre las cuales se va a concretizar la reunificación, ni se han perfilado los esquemas que habrán de instituir al nuevo partido, de conformidad con lo que demandan los reformistas en sentido general y el país, al cual van dirigidos todos los aprestos y todas las estrategias que puedan diseñarse en este quehacer.

Muchos piensan que la salida de tantos reformistas de su partido fue el producto de la compra de conciencia y el sonsacamiento –como se dice ahora- que hizo el gobierno a esos compatriotas disidentes. Ignoran, por supuesto, los conflictos generados a lo interno a consecuencia de las contradicciones entre la visión de una cúpula dirigencial que proyecta el PRSC como un instrumento político para la conquista del bien común y, otros, que lo ven como un mecanismo de acumulación de riquezas mediante la incubación de negocios, en donde el partido actúa como un medio de presión.

La asamblea convocada para fines del presente mes sin aún estar maduradas todas las condiciones para que ese evento sea exitoso, mueve a sospechas, porque no se explica la prisa para la celebración de un encuentro de tanta importancia sin aún haberse definido todos los puntos que deberán ser conocidos en la reunión- Tanto la comisión organizadora, como las figuras más representativas del reformismo están contestes en que en estos momentos no es prudente abocarse a ese encuentro, por entender que de ahí pueden salir fórmulas indeseas que puedan causar más traumas que los ya vividos.

A pesar de que todos coinciden en afirmar que el PRSC no resiste una nueva división, hay gente que trabajan para que suceda lo que se quiere evitar. Se trata de gente encaramada al más alto nivel que están apostando a echarle una pasta de jabón al sancocho, parda que ni ellos, ni los demás puedan comérselo. El egoísmo les ha obstruido la razón a figuras que tuvieron sus momentos de brillar, pero que no lo supieron aprovechar para la conformación de un liderazgo sólido y limpio.

Prefirieron las monsergas y las trapisondas procurando, no brillar en base a méritos personales, sino en hacer daño al contario mediante los golpes bajos, las calumnias y la infamia. El resultado es que son personas despreciables, que nadie los quiere y que ante la imposibilidad de mantenerse en la posición por medios idóneos, acuden a su costumbre de dañar para que se hunda el barco.

Exceptuando el cargo de presidente que a mi entender deberá de recaer en Amable Aristy, por ser el que mejor perfil tiene para desarrollar las tareas organizativas que se requiere para el posicionamiento del PRSC, el cargo de Secretario General deberá desempeñarlo Ito Bisonò., por ser el que mejor representa el enfoque reformista en el país y en el mundo de hoy, caracterizados ambos por estar sumergidos en una crisis que ha afectado sensiblemente las economías de los países y ha generado diversos trastornos sociales.

Lo primero es que la tendencia del ciclo político que vive nuestro Continente es hacia la apertura y el patrocino de gobierno de tendencias progresistas. Esto significa que los partidos que no cuenten en su plataforma con ofertas de cambios y líderes que los encarnen, estarán perdiendo su tiempo, porque la población no se sentirá representada en esos esquemas tradicionalistas, ni en figuras que han tomado la política por asalto, estropeándola y prostituyéndola.

Ito Bisonó es una figura fresca que ha emergido con un gran prestigio a la arena política. Es un intelectual brillante que ha desempeñado una labor destacada en el Congreso, sin escándalos y sin estridencias. Nacido en el seno de una familia ilustre, de empresarios y artistas, ha heredado la sensibilidad para luchar y trabajar en beneficio de los más débiles. Y, en honor a la verdad, es el que mejor perfil tiene en estos momentos para hacer las cosas que deben hacerse para que el PRSC supere todas las debilidades que lo mantienen postrado y ya próximo al sepulcro.

La otra opción representa el atraso, la comunión con el retroceso, porque su cimiento no está sustentado en vínculos políticos auspiciosos, sino en los acuerdos de aposentos y las componendas que se tejen alrededor de canonjías que no son representativas del interés nacional.

La asamblea no debe festinarse porque ello entraña un gran peligro para el PRSC, pero en caso de que se haga contra vientos y mareas, la opción a escoger deberá ser Ito, porque este dirigente emergente tiene todas las cualidades necesarias para pintar la imagen que debe proyectar ese partido ante la población que reclama insistentemente la vigencia de una tercera fuerza que pueda impedir el bipartidismo.

Sergioacevedo_48@hotmail,com

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