Tsvangiraí pronunció la fórmula del juramento frente a Mugabe y después ambos firmaron los documentos que convierten al opositor en primer ministro, antes de estrecharse las manos
HARARE, Zimbabue. 11 Feb 2009 (AFP).- El ex líder sindical zimbabuense Morgan Tsvangirai, que sufrió palizas, encarcelamientos y acusaciones de traición por su oposición al presidente Robert Mugabe, comparte desde este miércoles el poder con su acérrimo enemigo al jurar como primer ministro de un gobierno de unidad.
Tsvangirai prestó juramento el miércoles ante su rival, en virtud de un acuerdo firmado en septiembre. Este pacto tardó en materializarse por
la profunda desconfianza entre ambos hombres.
A sus 56 años, el político que los zimbabuenses llaman "el mofletudo" ha visto recompensada su victoria en las elecciones generales del 29 de marzo pasado. Entonces no sólo su partido obtuvo el control del Parlamento, sino que él encabezó los resultados de la primera vuelta de la presidencial.
En junio tuvo sin embargo que retirarse de la lucha por la presidencia, cediendo ante la violencia desencadenada contra sus partidarios. Mugabe, que era el único candidato, fue reelegido.
Apostando sin descanso por la ayuda internacional, el jefe de la oposición logró el mes siguiente la apertura de negociaciones bajo la égida de la Comunidad de Desarrollo del África Austral (SADC).
Tras unas negociaciones arduas y peligrosas, tendrá ahora el desafío de imponerse a su rival para ejercer el poder y sacar al país del marasmo.
De 56 años, ex obrero del sector textil y contramaestre de minas, Tsvangirai fue sindicalista de base antes de pasar a presidir en 1988 el poderoso Congreso de Sindicatos de Zimbabue (ZCTU).
A finales de los años noventa, demostró su carisma y capacidad de movilización lanzando una serie de huelgas generales contra el gobierno. Amparado por su popularidad, fundó el Movimiento por el Cambio Democrático (MCD) a finales de 1999.
En menos de un año, ese partido -que el poder acusa de estar al servicio de la minoría blanca del país y de la antigua potencia colonial británica- consiguió imponerse como primera fuerza de oposición seria a Mugabe.
En las legislativas de junio de 2000, el MCD se adjudicó cerca de la mitad de escaños parlamentarios, al término de una campaña electoral marcada por la violencia: unos 30 partidarios del MCD muertos y otros cientos agredidos o torturados.
Su fundador pasó varias veces por la cárcel, la primera en 1989 en un contexto de protestas estudiantiles contra el cierre de la universidad de Harare. Tres años más tarde fue encarcelado por manifestarse contra las reformas económicas y las restricciones a la actividad sindical.
En 1997, según una biografía autorizada, "escapó a la muerte cuando un grupo de desconocidos entró en su despacho e intentó defenestrarlo desde un décimo piso".
En junio de 2003 pasó dos semanas en la cárcel por instar a manifestaciones antigubernamentales. En marzo de 2007 fue detenido antes de una "oración colectiva" de la oposición y le propinaron una severa paliza.
Acusado de "traición" antes de las presidenciales de 2002 por "complot" contra Mugabe, cargo que le podría haber costado la pena capital, Tsvangirai fue absuelto en 2004.
Tsvangirai prestó juramento el miércoles ante su rival, en virtud de un acuerdo firmado en septiembre. Este pacto tardó en materializarse por
la profunda desconfianza entre ambos hombres.A sus 56 años, el político que los zimbabuenses llaman "el mofletudo" ha visto recompensada su victoria en las elecciones generales del 29 de marzo pasado. Entonces no sólo su partido obtuvo el control del Parlamento, sino que él encabezó los resultados de la primera vuelta de la presidencial.
En junio tuvo sin embargo que retirarse de la lucha por la presidencia, cediendo ante la violencia desencadenada contra sus partidarios. Mugabe, que era el único candidato, fue reelegido.
Apostando sin descanso por la ayuda internacional, el jefe de la oposición logró el mes siguiente la apertura de negociaciones bajo la égida de la Comunidad de Desarrollo del África Austral (SADC).
Tras unas negociaciones arduas y peligrosas, tendrá ahora el desafío de imponerse a su rival para ejercer el poder y sacar al país del marasmo.
De 56 años, ex obrero del sector textil y contramaestre de minas, Tsvangirai fue sindicalista de base antes de pasar a presidir en 1988 el poderoso Congreso de Sindicatos de Zimbabue (ZCTU).
A finales de los años noventa, demostró su carisma y capacidad de movilización lanzando una serie de huelgas generales contra el gobierno. Amparado por su popularidad, fundó el Movimiento por el Cambio Democrático (MCD) a finales de 1999.
En menos de un año, ese partido -que el poder acusa de estar al servicio de la minoría blanca del país y de la antigua potencia colonial británica- consiguió imponerse como primera fuerza de oposición seria a Mugabe.
En las legislativas de junio de 2000, el MCD se adjudicó cerca de la mitad de escaños parlamentarios, al término de una campaña electoral marcada por la violencia: unos 30 partidarios del MCD muertos y otros cientos agredidos o torturados.
Su fundador pasó varias veces por la cárcel, la primera en 1989 en un contexto de protestas estudiantiles contra el cierre de la universidad de Harare. Tres años más tarde fue encarcelado por manifestarse contra las reformas económicas y las restricciones a la actividad sindical.
En 1997, según una biografía autorizada, "escapó a la muerte cuando un grupo de desconocidos entró en su despacho e intentó defenestrarlo desde un décimo piso".
En junio de 2003 pasó dos semanas en la cárcel por instar a manifestaciones antigubernamentales. En marzo de 2007 fue detenido antes de una "oración colectiva" de la oposición y le propinaron una severa paliza.
Acusado de "traición" antes de las presidenciales de 2002 por "complot" contra Mugabe, cargo que le podría haber costado la pena capital, Tsvangirai fue absuelto en 2004.
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