miércoles, 15 de octubre de 2008

11:43 a. m.
Esta noche Barack Obama buscará consolidar su ventaja en las encuestas, mientras que el candidato republicano tratará de frenar ese avance y recuperar terreno ante una gran audiencia.
Tomado de Elpais.com

El debate de esta noche puede ser la última gran esperanza del candidato republicano, John McCain, para tratar de cambiar los números desfavorables que muestran los sondeos de opinión. McCain buscará detener el impulso que ha obtenido en los últimos días su rival Barack Obama, que según las encuestas, muestra una ventaja de 14 puntos a sólo 20 días de las elecciones presidenciales.
Los sondeos catapultan a Obama pese a los ataques personales de McCain.
El cara a cara definitivo será transmitido en vivo por televisión y comenzará a las 21.00 horas (3.00 de la mañana hora peninsular) con una duración de 90 minutos. Probablemente estará centrado en la crisis económica, después de que ambos contendientes desvelaran esta semana nuevas propuestas en sus planes de Gobierno para aliviar los efectos del crash bursátil en la clase media estadounidense.
El debate, que se llevará a cabo en la Universidad Hofstra, en Long Island, en el Estado de Nueva York, será moderado por el veterano periodista de CBS news, Bob Schieffer.
En esta oportunidad se ha cambiado el formato. Los dos candidatos estarán sentados en una mesa, con el objetivo de promover la conversación en vez de la reproducción mecánica de discursos al público. También alenta a los candidatos a ser más "civilizados", aunque en otras oportunidades, como en el debate de McCain con Mitt Romney a comienzos de este año, ha causado el efecto contrario.
Apostar todo
Según los analistas políticos citados por la prensa estadounidense, este debate representa la que es la mejor oportunidad de McCain de llegar a miles de millones de estadounidenses para explicarles su plan y así frenar la creciente popularidad de Obama, que ha mostrado su mejor discurso hasta ahora con sus propuestas de la crisis económica y su plan para salir de ella, tema en el que el republicano ha evidenciado grandes debilidades.
Ayer martes, McCain dio un vuelco a su campaña, al dejar a un lado un discurso lleno de ataques directos y acusaciones contra su rival para centrarse en un mensaje más positivo hacia su figura, poniéndose como el luchador que necesitan los estadounidenses en estos momentos de incertidumbre. También busca distanciarse de la administración Bush, que según las últimas encuestas, se encuentra en el nivel más bajo de popularidad en sus dos mandatos.

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