Después del grosero fraude electoral
realizado por Balaguer en 1990 en perjuicio del PLD, a quien descaradamente
despojó de las candidaturas a presidente y vicepresidente, Leonel, indignado y
dolido, escribió un libro que tituló: "Raíces de un poder usurpado -
Radiografía del proceso electoral dominicano de 1990- ", en el cual narra
ese violento y deleznable acontecimiento.
En esa obra, que dicho sea de paso, fue
recogida de todas las librerías, su autor, (Leonel Fernández, alias el León),
valiéndose de criterios suyos, de Bosch, de Almeida Rancier y de otros, expone
de aquel colosal robo electoral lo siguiente:
El fraude en estas elecciones… no fue una excepción.
Al revés, constituyeron un nuevo eslabón en la cadena de fraudes, vicios e
irregularidades que caracterizan el sufragio en nuestro país. El fraude
fue ejecutado desde antes de las elecciones en una diversidad de formas que
incluyen la compra y el alquiler de carnets electorales, la falsificación de
documentos imprescindibles para el ejercicio del sufragio (registro y cédula),
el dislocamiento en la información de votantes inscritos (número de mesas,
nombres, etc.), la rehabilitación de inscritos cancelados por fallecimiento o
ingreso en las fuerzas armadas, la votación doble o triple…, etc.
Más de un millón y medio de dominicanos -escribe
el León citando a Rancier- que tenían derecho al voto y no votaron, trescientos
mil de ellos no lo hicieron porque les fueron comprados sus documentos
electorales. Salió la gente del reformismo a comprar los carnets
electorales y en la mayor parte de los casos los pagaron a quinientos pesos el
carnet. ¡Imagínense ustedes con la cantidad de gente pobre que hay en este
país, llevarle un billete de quinientos pesos para comprarle su carnet
electoral! Con toda seguridad hubo miles de personas, especialmente
mujeres, que sintieron en el alma no tener tres carnets electorales en vez de
uno solo.
Con trampas y suciesas gana
cualquiera
El León prosiguió escribiendo, y citando a
Bosch trajo a colación la frase: Con trampas y suciesas gana cualquiera, para a
seguidas, transcribir el párrafo siguiente: " bueno... el hambre y la
necesidad pudieron más que el deber ciudadano con lo cual ha quedado confirmado
lo que hemos dicho muchas veces, que donde hay estómagos vacíos no puede
funcionar correctamente la democracia. La democracia requiere estómagos
llenos. El PLD- recalca Bosch en esa cita- no acepta que al pueblo se le
imponga un gobierno que no ha elegido. Por eso empezamos en este momento a dar
la batalla contra el fraude. Esa batalla la iniciamos en el terreno legal y la
llevaremos al terreno que sea necesario…Sabemos que un país gobernado en base a
resultados electorales fraudulentos, es un país donde no hay garantía para
nadie, ni siquiera para los que hacen el fraude…
Para más argumentar y sustanciar su libro,
el León continuó transcribiendo la posición de Bosch respecto al descarado robo
de las elecciones en 1990: "La de hoy es una lucha entre fraude y
dictadura por un lado y juego limpio y democracia por el otro. Que no se
equivoque nadie. El robo, el fraude y la dictadura no triunfarán.
El pueblo dominicano terminará imponiéndose, ganándose el derecho a vivir mejor
dentro de un régimen de verdadera democracia, distinta a esa caricatura
repugnante detrás de la cual se esconden el abuso y los privilegios".
El León continuó "rugiendo", pero
ahora con criterios suyos para defenestrar el vil despojo: "los organismos
internacionales han encontrado suficientes anomalías como para sembrar dudas
razonables en la ejecución de un fraude, y el lenguaje con que los observadores
de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de Participación Ciudadana
(PC) han formulado las denuncias, constituye un modelo del arte de la
diplomacia, pero… no descartan el que se haya cometido fraude en las
elecciones…”.
Elecciones 1990 Vs elecciones 2012 y 2016
Para el León, las elecciones del 2012 fueron
limpias y transparentes, en las que el pueblo expresó libérrimamente su
voluntad para elegir a Danilo Medina. Aquellas acusaciones de la
oposición en cuanto al uso abusivo de los recursos del Estado hasta crear un
enorme déficit fiscal de más de 200 mil millones para elegir a Medina, fueron-
según el León- calumnias de la oposición, pues el dejó una economía blindada,
no un maletín lleno de facturas, como alevosamente se dijo para hacerle
daño.
Otra vez, pero ahora en el 2016, al margen
de la historia, el León asegura que en estas elecciones no hubo fraude para
elegir a Medina, sino, que también, estos sufragios fueron limpios y
transparentes, como las elecciones del 2012, por lo cual, los reclamos que la
oposición hace con denuncias de fraude, tienen un propósito maligno que procura
generar la impresión de una supuesta crisis post electoral que no existe.
En definitiva, el León en el artículo de marras dice: contado de cualquier
manera, en forma manual o electrónica, por voluntad del pueblo, aquí ocurrió lo
que se sabía con anticipación: a nivel presidencial, congresional y municipal,
ganó el Partido de la Liberación Dominicana.
Con estas declaraciones, obviamente, para el
León en las elecciones celebradas en mayo de 1990, hubo un vulgar fraude, pero
en las siguientes elecciones de 2012 y 2016, en que salió "vencedor"
Medina, él niega el fraude con trampas y suciesas, que con pruebas
irrefutables, han denunciado los opositores, por lo que deja implícita la idea,
que estas elecciones fueron una excepción, constituyendo al revés, un
rompimiento de los eslabones en las cadenas de fraudes, vicios e
irregularidades que han caracterizado el sufragio en nuestro país. Se
deduce de lo dicho por Leonel, que ni anteriormente, ni esta vez, hubo compra
de cedulas, que no se usaron los recursos del Estado, que no hubo trastrueque
en el padrón electoral, que no hubo chanchullos en el conteo manual, ni
alteraciones en la transmisión electrónica de datos, que no hubo manipulación
con los ignorantes, ni mucho menos, aprovechamiento de los estómagos vacíos.
El artículo en cuestión, donde Leonel expone
su juicio del propósito maligno de la oposición con sus reclamos, al igual que
lo sustentado por Euclides Gutiérrez en sus artículos: ¡Invencible el PLD!, y
¡Cuánta vergüenza!, lo mismo que los demás artículos que han salido en los
periódicos para defender la parodia electoral recién pasada, son escritos
nauseabundos, muy propios de las plumas de cínicos y depravados.
Estoy hablando del mismo León, que ha
declarado solemnemente su respeto a la Constitución y que diserta contra la
corrupción, la arbitrariedad, el despotismo, la tiranía y la opresión;
que se pronuncia contra las ambiciones desmedidas, que da "cátedras
magistrales" sobre el respeto a la dignidad de las personas; del derecho a
la vida; a la libertad de expresión; a la integridad personal; a la libertad de
conciencia y cultos y que habla del derecho al honor, a la educación, a la
salud y al trabajo. Estoy hablando del mismo Leonel que predica sobre la
dignidad, el honor, la sensatez, de hombres honrados, de justicia, de
independencia, de soberanía, del sentido de responsabilidad, sobre la visión de
la historia y compromiso con el futuro; pero que también evoca e
invoca a José Martí, a Buda, a Moisés, a Jesucristo, a Jehová,
a todos los santos, ángeles y arcángeles, todo en una contradicción surrealista
e inmoral, que da fundamento cierto al bestial cinismo que es el accionar de la
vida de todos los peledeistas, en el ayer pobres diablos, y hoy grandes
potentados, sin que ninguno de ellos pueda justificar con un sistema honrado de
contabilidad y auditoría, sus inmensas fortunas.
¡Pero qué paradoja!, para sorpresa nuestra,
el León, para ciertos sectores nacionales e internacionales, es un
virtuoso. El nada tiene que ver con Félix Bautista, ni con Víctor Díaz
Rúa, ni con el enriquecimiento ilícito de todos los que fueron sus ministros y
demás funcionarios de su administración. Nada que ver con el contrato
"modélico" concedido a la Barrick Gold y otros contratos sumamente
lesivos al país. Nada que ver con el excesivo endeudamiento externo e
interno. Nada que ver con el fraude electoral de 2012, ni con los
déficits fiscales. Nada que ver con Quirino, ni con Arturo del
Tiempo Márquez, ni con José Figueroa Agosto, ni con Nelson Solano, ni con otras
leñas..., Nada que ver con la estafa de las privatizaciones. Nada que ver
con el colapsamiento de las instituciones. Nada que ver con el caos y
envilecimiento de la justicia ni con el incremento de la delincuencia.
Nada que ver con la Junta Central Electoral de Roberto Rosario, ni con la
composición de las Altas Cortes, ni de otras instituciones. Nada que ver
con los negociantes de la política. Nada que ver con la mala distribución
de las riquezas, ni con el ensanchamiento de la brecha entre ricos y
pobres. Nada que ver con la corrupción rampante que ahoga al país.
Nada que ver con eso de clientelismo y patrimonialismo. Nada que
ver con los infortunios y desgracias del pasado, del presente y del futuro de
nuestra patria.
Cotejando el pasado con el presente
Se ha dicho y documentado a lo largo de
muchos siglos, que la democracia y el genero humano, tiene entre sus peores
enemigos, a los mentirosos, a los ambiciosos, a los simuladores, a los
demagogos, a los hipócritas, a los corruptos, a los ladrones, a los falto de
palabra, a los cínicos, a los de lengua y pensamientos inicuos e insidiosos, a
los que persiguen el poder por el poder mismo.
Repasando la nómina de tantos políticos
dominicanos, y verla tan en correspondencia con los perversos enemigos de la
democracia, es fácil colegir, el por qué nuestro país, ha estado y sigue
siendo, un barco trapero a la deriva. En estas circunstancias, el cinismo
de tantos leones y gatos, terminarán por hundirnos, si el pueblo no hace lo que
corresponde para impedirlo.
Bosch nunca pensó, que de su escuela iban a
salir los más grandes cínicos, que nuestro país jamás conocería. Toda la
debacle de nuestra patria se explica, ante el cinismo del León y de tantos
leoncitos y gatos salidos de esa escuela boschista, hoy desvirtuada hasta la
infamia.
Al lector dejo la palabra, no sin antes
expresarles: es urgente la tarea que tenemos los dominicanos de salir del
estado de barbarie política y social en que vivimos. Si eso llegare a
ocurrir, mis expectativas quedarían más que satisfechas.
Posdata: los artículos referidos se
encuentran en los siguientes enlaces
Autor: Miguel Espaillat Grullón. Escritor y residente en Nueva York.
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