jueves, 9 de junio de 2016

11:25 a. m.


Después del grosero fraude electoral realizado por Balaguer en 1990 en perjuicio del PLD, a quien descaradamente despojó de las candidaturas a presidente y vicepresidente, Leonel, indignado y dolido, escribió un libro que tituló: "Raíces de un poder usurpado - Radiografía del proceso electoral dominicano de 1990- ", en el cual narra ese violento y deleznable acontecimiento. 

En esa obra, que dicho sea de paso, fue recogida de todas las librerías, su autor, (Leonel Fernández, alias el León), valiéndose de criterios suyos, de Bosch, de Almeida Rancier y de otros, expone de aquel colosal robo electoral lo siguiente:

El fraude en estas elecciones… no fue una excepción.  Al revés, constituyeron un nuevo eslabón en la cadena de fraudes, vicios e irregularidades que caracterizan el sufragio en nuestro país.  El fraude fue ejecutado desde antes de las elecciones en una diversidad de formas que incluyen la compra y el alquiler de carnets electorales, la falsificación de documentos imprescindibles para el ejercicio del sufragio (registro y cédula), el dislocamiento en la información de votantes inscritos (número de mesas, nombres, etc.), la rehabilitación de inscritos cancelados por fallecimiento o ingreso en las fuerzas armadas, la votación doble o triple…, etc.

Más de un millón y medio de dominicanos -escribe el León citando a Rancier- que tenían derecho al voto y no votaron, trescientos mil de ellos no lo hicieron porque les fueron comprados sus documentos electorales.  Salió la gente del reformismo a comprar los carnets electorales y en la mayor parte de los casos los pagaron a quinientos pesos el carnet. ¡Imagínense ustedes con la cantidad de gente pobre que hay en este país, llevarle un billete de quinientos pesos para comprarle su carnet electoral!  Con toda seguridad hubo miles de personas, especialmente mujeres, que sintieron en el alma no tener tres carnets electorales en vez de uno solo.

Con trampas y suciesas gana cualquiera  

El León prosiguió escribiendo, y citando a Bosch trajo a colación la frase: Con trampas y suciesas gana cualquiera, para a seguidas, transcribir el párrafo siguiente: " bueno... el hambre y la necesidad pudieron más que el deber ciudadano con lo cual ha quedado confirmado lo que hemos dicho muchas veces, que donde hay estómagos vacíos no puede funcionar correctamente la democracia.  La democracia requiere estómagos llenos.  El PLD- recalca Bosch en esa cita- no acepta que al pueblo se le imponga un gobierno que no ha elegido. Por eso empezamos en este momento a dar la batalla contra el fraude. Esa batalla la iniciamos en el terreno legal y la llevaremos al terreno que sea necesario…Sabemos que un país gobernado en base a resultados electorales fraudulentos, es un país donde no hay garantía para nadie, ni siquiera para los que hacen el fraude…

Para más argumentar y sustanciar su libro, el León continuó transcribiendo la posición de Bosch respecto al descarado robo de las elecciones en 1990: "La de hoy es una lucha entre fraude y dictadura por un lado y juego limpio y democracia por el otro. Que no se equivoque nadie.  El robo, el fraude y la dictadura no triunfarán.  El pueblo dominicano terminará imponiéndose, ganándose el derecho a vivir mejor dentro de un régimen de verdadera democracia, distinta a esa caricatura repugnante detrás de la cual se esconden el abuso y los privilegios".

El León continuó "rugiendo", pero ahora con criterios suyos para defenestrar el vil despojo: "los organismos internacionales han encontrado suficientes anomalías como para sembrar dudas razonables en la ejecución de un fraude, y el lenguaje con que los observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de Participación Ciudadana (PC) han formulado las denuncias, constituye un modelo del arte de la diplomacia, pero… no descartan el que se haya cometido fraude en las elecciones…”.

Elecciones 1990 Vs elecciones 2012 y 2016

Para el León, las elecciones del 2012 fueron limpias y transparentes, en las que el pueblo expresó libérrimamente su voluntad para elegir a Danilo Medina.  Aquellas acusaciones de la oposición en cuanto al uso abusivo de los recursos del Estado hasta crear un enorme déficit fiscal de más de 200 mil millones para elegir a Medina, fueron- según el León- calumnias de la oposición, pues el dejó una economía blindada, no un maletín lleno de facturas, como alevosamente se dijo para hacerle daño. 

Otra vez, pero ahora en el 2016, al margen de la historia, el León asegura que en estas elecciones no hubo fraude para elegir a Medina, sino, que también, estos sufragios fueron limpios y transparentes, como las elecciones del 2012, por lo cual, los reclamos que la oposición hace con denuncias de fraude, tienen un propósito maligno que procura generar la impresión de una supuesta crisis post electoral que no existe.  En definitiva, el León en el artículo de marras dice: contado de cualquier manera, en forma manual o electrónica, por voluntad del pueblo, aquí ocurrió lo que se sabía con anticipación: a nivel presidencial, congresional y municipal, ganó el Partido de la Liberación Dominicana.

Con estas declaraciones, obviamente, para el León en las elecciones celebradas en mayo de 1990, hubo un vulgar fraude, pero en las siguientes elecciones de 2012 y 2016, en que salió "vencedor" Medina, él niega el fraude con trampas y suciesas, que con pruebas irrefutables, han denunciado los opositores, por lo que deja implícita la idea, que estas elecciones fueron una excepción, constituyendo al revés, un rompimiento de los eslabones en las cadenas de fraudes, vicios e irregularidades que han caracterizado el sufragio en nuestro país.  Se deduce de lo dicho por Leonel, que ni anteriormente, ni esta vez, hubo compra de cedulas, que no se usaron los recursos del Estado, que no hubo trastrueque en el padrón electoral, que no hubo chanchullos en el conteo manual, ni alteraciones en la transmisión electrónica de datos, que no hubo manipulación con los ignorantes, ni mucho menos, aprovechamiento de los estómagos vacíos. 

El artículo en cuestión, donde Leonel expone su juicio del propósito maligno de la oposición con sus reclamos, al igual que lo sustentado por Euclides Gutiérrez en sus artículos: ¡Invencible el PLD!, y ¡Cuánta vergüenza!, lo mismo que los demás artículos que han salido en los periódicos para defender la parodia electoral recién pasada, son escritos nauseabundos, muy propios de las plumas de cínicos y depravados.  

Estoy hablando del mismo León, que ha declarado solemnemente su respeto a la Constitución y que diserta contra la corrupción, la arbitrariedad, el despotismo, la tiranía y la opresión;  que se pronuncia contra las ambiciones desmedidas, que da "cátedras magistrales" sobre el respeto a la dignidad de las personas; del derecho a la vida; a la libertad de expresión; a la integridad personal; a la libertad de conciencia y cultos y que habla del derecho al honor, a la educación, a la salud y al trabajo.  Estoy hablando del mismo Leonel que predica sobre la dignidad, el honor, la sensatez, de hombres honrados, de justicia, de independencia, de soberanía, del sentido de responsabilidad, sobre la visión de la historia y compromiso con el futuro; pero que también  evoca e invoca  a José Martí, a  Buda, a Moisés, a Jesucristo, a Jehová,  a todos los santos, ángeles y arcángeles, todo en una contradicción surrealista e inmoral, que da fundamento cierto al bestial cinismo que es el accionar de la vida de todos los peledeistas, en el ayer pobres diablos, y hoy grandes potentados, sin que ninguno de ellos pueda justificar con un sistema honrado de contabilidad y auditoría, sus inmensas fortunas.  

¡Pero qué paradoja!, para sorpresa nuestra, el León, para ciertos sectores nacionales e internacionales, es un virtuoso.  El nada tiene que ver con Félix Bautista, ni con Víctor Díaz Rúa, ni con el enriquecimiento ilícito de todos los que fueron sus ministros y demás funcionarios de su administración.  Nada que ver con el contrato "modélico" concedido a la Barrick Gold y otros contratos sumamente lesivos al país.  Nada que ver con el excesivo endeudamiento externo e interno.  Nada que ver con el fraude electoral de 2012, ni con los déficits fiscales.   Nada que ver con Quirino, ni con Arturo del Tiempo Márquez, ni con José Figueroa Agosto, ni con Nelson Solano, ni con otras leñas..., Nada que ver con la estafa de las privatizaciones.  Nada que ver con el colapsamiento de las instituciones.  Nada que ver con el caos y envilecimiento de la justicia ni con el incremento de la delincuencia.  Nada que ver con la Junta Central Electoral de Roberto Rosario, ni con la composición de las Altas Cortes, ni de otras instituciones.  Nada que ver con los negociantes de la política.  Nada que ver con la mala distribución de las riquezas, ni con el ensanchamiento de la brecha entre ricos y pobres.  Nada que ver con la corrupción rampante que ahoga al país.  Nada que ver con eso de clientelismo y patrimonialismo.   Nada que ver con los infortunios y desgracias del pasado, del presente y del futuro de nuestra patria.

Cotejando el pasado con el presente

Se ha dicho y documentado a lo largo de muchos siglos, que la democracia y el genero humano, tiene entre sus peores enemigos, a los mentirosos, a los ambiciosos, a los simuladores, a los demagogos, a los hipócritas, a los corruptos, a los ladrones, a los falto de palabra, a los cínicos, a los de lengua y pensamientos inicuos e insidiosos, a los que persiguen el poder por el poder mismo.

Repasando la nómina de tantos políticos dominicanos, y verla tan en correspondencia con los perversos enemigos de la democracia, es fácil colegir, el por qué nuestro país, ha estado y sigue siendo, un barco trapero a la deriva.  En estas circunstancias, el cinismo de tantos leones y gatos, terminarán por hundirnos, si el pueblo no hace lo que corresponde para impedirlo.

Bosch nunca pensó, que de su escuela iban a salir los más grandes cínicos, que nuestro país jamás conocería.  Toda la debacle de nuestra patria se explica, ante el cinismo del León y de tantos leoncitos y gatos salidos de esa escuela boschista, hoy desvirtuada hasta la infamia.  

Al lector dejo la palabra, no sin antes expresarles: es urgente la tarea que tenemos los dominicanos de salir del estado de barbarie política y social en que vivimos.  Si eso llegare a ocurrir, mis expectativas quedarían más que satisfechas.

Posdata: los artículos referidos se encuentran en los siguientes enlaces

Autor: Miguel Espaillat Grullón. Escritor y residente en Nueva York.

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