SAO PAULO. Brasil.- La justicia revocó este
sábado la prisión temporal de nueve personas detenidas esta semana en una nueva
fase de la Lava Jato, nombre de la mayor operación contra la corrupción en la
historia de Brasil, y que investiga en esta etapa al grupo Odebrecht.
El
juez Sergio Moro, que concentra las investigaciones del caso Petrobras, dejó en
libertad a las nueves personas, ya que la prisión temporal decretada finalizaba
este sábado, aunque les impidió dejar el país.
De
acuerdo con la decisión del juez, los investigados deberán entregar el
pasaporte a la Justicia en un plazo de tres días.
Moro
también informó de que hasta el próximo lunes decidirá si remite al Supremo
Tribunal de Brasil una lista encontrada en casa de un funcionario de la
constructora en la que figuraban más de 200 políticos que habrían recibido
donaciones para sus campañas políticas de parte de Odebrecht, aunque no se sabe
si legales o ilegales.
La
Fiscalía brasileña señaló esta semana que la compañía contaba con un
departamento "profesional" exclusivo para el pago de sobornos en
Brasil, que usaba empleados de confianza y tenía un sistema electrónico propio.
Tras
ser destapada la nueva fase de la Operación Lava Jato, el grupo Odebrecht informó
de que realizará una "colaboración definitiva" con la Justicia
brasileña en el marco de las investigaciones por el caso Petrobras.
Odebrecht,
un gigante con 168.000 empleados y que actúa en diferentes sectores, pero
principalmente en la construcción, es una de las cerca de veinte empresas
acusadas de integrar la red de corrupción que operó en Petrobras.
Según
han establecido las autoridades brasileñas, las grandes contratistas de
Petrobras montaron un cartel para distribuirse los contratos de la petrolera y
supervaloraron los negocios realizados con la estatal por al menos una década.
Para
garantizar los contratos distribuían sobornos entre varios de los directores de
Petrobras y decenas de autoridades y políticos que amparaban las corruptelas.
El
caso ya ha mandado a prisión a los directores de varias de las mayores
constructoras de Brasil y ha salpicado a medio centenar de políticos de todos
los partidos, principalmente oficialistas, entre los cuales los presidentes del
Senado, Renán Calheiros, y de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha.
El
último blanco de la operación es el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da
Silva, a quien la Fiscalía acusa de haber recibido favores de las empresas que
se favorecieron de los desvíos en Petrobras.
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