KAUHAJOKI, Finlandia (AFP). — Finlandia reforzará su legislación sobre armas de fuego después de la matanza del pasado martes en una escuela, la segunda en menos de un año, y ha abierto una investigación sobre si ha habido negligencia policial.
Matti Juhani Saari, un estudiante de hostelería de 22 años de la escuela de formación profesional de Kauhajoki (sudoeste), irrumpió en un aula el pasado martes por la mañana y asesinó a nueve alumnos y un profesor con una pistola semiautomática antes de incendiar el edificio y suicidarse.
El primer ministro finlandés Matti Vanhanen, que decretó un día de luto nacional y ordenó que las banderas ondeen a media asta, se trasladó al lugar de la tragedia para reunirse con las autoridades locales y los familiares de las víctimas. El miércoles, en el lugar de la masacre había cientos de velas encendidas, una rosa roja y ramos de flores.
Los alrededores de la escuela de esta pequeña localidad de 14.000 habitantes estaban casi desérticos el miércoles por la tarde. Por la mañana los habitantes que se habían recogido ante el lugar tenían el semblante serio aunque no exteriorizaban sus sentimientos.
El primer ministro anunció un endurecimiento de la legislación sobre la tenencia de armas de fuego, muy permisiva, incluso para los menores.
"Vamos a tomar decisiones sobre una nueva ley en los próximos meses", señaló, volviendo sobre un tema que ya fue objeto de debate después de que un joven de 18 años matase a ocho personas antes de suicidarse en un instituto de Tuusula en noviembre de 2007.
Venciendo las reticencias que había mostrado hasta entonces, Helsinki adoptó la directiva europea que elevaba a 18 años, en vez de 15 en el caso finlandés, la edad mínima para tener un arma. Una directiva que todavía está pendiente de aplicación.
Además, Vanhanen anunció la apertura de una investigación sobre un posible descuido de la policía, que interrogó al asesino la víspera de la matanza tras descubrir que había colgado en el portal de Internet, YouTube, un video en el que se exhibía participando en un entrenamiento de tiro.
Otro más impactante, mostraba a un joven de cabellos cortos, en apariencia el mismo de los otros videos, apuntar a la cámara. "Seréis los próximos en morir", dice, antes de disparar cuatro veces cerca de la cámara, que estaba apoyada en el suelo. La policía consideró que no había motivos para retirarle el permiso de armas.
"Estoy realmente conmocionada y soy muy crítica con la policía. ¿Qué tenemos que hacer para que reaccione la policía?", se preguntaba una habitante de Kauhajoki, Sirpa Myllyviita. El inspector que había interrogado al asesino pidió licencia (baja) por enfermedad.
Por el momento sólo una diputada de la oposición pidió la dimisión de la ministra del Interior finlandés, Anne Holmlund, si la investigación demuestra que la policía hizo una chapuza. Entre tanto, los cadáveres de las víctimas fueron trasladados a Helsinki para practicarles la autopsia.
Entre las víctimas, todas ellas compañeros de clase del asesino, había ocho chicas. Saari "entró en el aula donde los alumnos terminaban un examen. También había un profesor. Les disparó", afirmó el jefe de la policía local, Urpo Lintala, en una rueda de prensa.
Saari falleció a causa de sus heridas tras haberse disparado un tiro en la cabeza, agregó. "Matti Saari llevaba una pistola de calibre 22, gran cantidad de municiones y una gran bolsa con líquidos inflamables" con los que incendió el aula, agregó.
Según los detalles que van revelando quienes le conocían, Saari era un gran aficionado a las armas, admiraba a asesinos de escuelas, era una persona compleja e inestable, pero también inteligente y digna de confianza como amigo. La matanza hizo que varias voces se alzasen cuestionando las bondades de la prosperidad finlandesa y de su alabado sistema escolar.
Matti Juhani Saari, un estudiante de hostelería de 22 años de la escuela de formación profesional de Kauhajoki (sudoeste), irrumpió en un aula el pasado martes por la mañana y asesinó a nueve alumnos y un profesor con una pistola semiautomática antes de incendiar el edificio y suicidarse.
El primer ministro finlandés Matti Vanhanen, que decretó un día de luto nacional y ordenó que las banderas ondeen a media asta, se trasladó al lugar de la tragedia para reunirse con las autoridades locales y los familiares de las víctimas. El miércoles, en el lugar de la masacre había cientos de velas encendidas, una rosa roja y ramos de flores.
Los alrededores de la escuela de esta pequeña localidad de 14.000 habitantes estaban casi desérticos el miércoles por la tarde. Por la mañana los habitantes que se habían recogido ante el lugar tenían el semblante serio aunque no exteriorizaban sus sentimientos.
El primer ministro anunció un endurecimiento de la legislación sobre la tenencia de armas de fuego, muy permisiva, incluso para los menores.
"Vamos a tomar decisiones sobre una nueva ley en los próximos meses", señaló, volviendo sobre un tema que ya fue objeto de debate después de que un joven de 18 años matase a ocho personas antes de suicidarse en un instituto de Tuusula en noviembre de 2007.
Venciendo las reticencias que había mostrado hasta entonces, Helsinki adoptó la directiva europea que elevaba a 18 años, en vez de 15 en el caso finlandés, la edad mínima para tener un arma. Una directiva que todavía está pendiente de aplicación.
Además, Vanhanen anunció la apertura de una investigación sobre un posible descuido de la policía, que interrogó al asesino la víspera de la matanza tras descubrir que había colgado en el portal de Internet, YouTube, un video en el que se exhibía participando en un entrenamiento de tiro.
Otro más impactante, mostraba a un joven de cabellos cortos, en apariencia el mismo de los otros videos, apuntar a la cámara. "Seréis los próximos en morir", dice, antes de disparar cuatro veces cerca de la cámara, que estaba apoyada en el suelo. La policía consideró que no había motivos para retirarle el permiso de armas.
"Estoy realmente conmocionada y soy muy crítica con la policía. ¿Qué tenemos que hacer para que reaccione la policía?", se preguntaba una habitante de Kauhajoki, Sirpa Myllyviita. El inspector que había interrogado al asesino pidió licencia (baja) por enfermedad.
Por el momento sólo una diputada de la oposición pidió la dimisión de la ministra del Interior finlandés, Anne Holmlund, si la investigación demuestra que la policía hizo una chapuza. Entre tanto, los cadáveres de las víctimas fueron trasladados a Helsinki para practicarles la autopsia.
Entre las víctimas, todas ellas compañeros de clase del asesino, había ocho chicas. Saari "entró en el aula donde los alumnos terminaban un examen. También había un profesor. Les disparó", afirmó el jefe de la policía local, Urpo Lintala, en una rueda de prensa.
Saari falleció a causa de sus heridas tras haberse disparado un tiro en la cabeza, agregó. "Matti Saari llevaba una pistola de calibre 22, gran cantidad de municiones y una gran bolsa con líquidos inflamables" con los que incendió el aula, agregó.
Según los detalles que van revelando quienes le conocían, Saari era un gran aficionado a las armas, admiraba a asesinos de escuelas, era una persona compleja e inestable, pero también inteligente y digna de confianza como amigo. La matanza hizo que varias voces se alzasen cuestionando las bondades de la prosperidad finlandesa y de su alabado sistema escolar.
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