Por Víctor Cuevas
Conviniendo que en su toma de posesión del 16 de agosto pasado el presidente Leonel Fernández Reyna presentó un esbozo representativo del sentir de los peledeistas y aliados en conjunto, llegamos a la lógica conclusión de que quienes nos consideramos tales somos compromisarios de lo planteado en ese discurso.
Por tanto no fue un discurso unipersonal del presidente Fernández. Él asumió su condición de representante de dichos conglomerados políticos como depositario de una voluntad partidaria mayoritaria que le confirió calidad de candidato presidencial, y otra de igual naturaleza que le ratificó al frente de la rama ejecutiva del Estado.
El electorado dictaminó un nuevo mandato gubernamental constitucional para el Partido de la Liberación Dominicana y sus aliados; mandato que ha de tener un rostro con nombre y apellido porque así lo requiere la Constitución y la normativa electoral, pero del que todos somos compromisarios en tanto le elegimos candidato y luego Presidente.
Lo anterior sirve de marco referencial para proclamar que la mística distintiva que hace al PLD "un Partido Único en América" quedó reafirmada en el momento mismo en que el compañero presidente Leonel Fernández Reyna juramentó al compañero Jaime David Fernández Mirabal como Secretario de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Y en cuanto al impasse previo y el desenlace que hoy todos celebramos, esa mística distintiva (que encontramos en Los Tres Mosqueteros de Alejandro Dumas con el "Todos para uno y uno para todos") confiere el rol de portavoz al compañero Leonel de la propuesta colectiva, institucional partidaria, que constituyó su presentación ante la reunión de senadores y diputados junto a invitados extranjeros.
En aras de invocar el "nosotros" y desterrar las conjugaciones en primera o segunda persona, los mosqueteros peledeistas debemos reafirmar el convencimiento de que en la augusta sala del Congreso Nacional eran muchas voces reunidas en una las que manifestaron que "Nos preocupa que la importante diversidad biológica dominicana se encuentre amenazada por la pérdida de la cubierta vegetal y la disminución de la productividad del sistema natural, la sobreexplotación de los recursos naturales, la fuga de recursos genéticos, y la erosión de los recursos costeros y marinos".
En esa histórica ocasión de iniciar como partido un tercer cuatrienio gubernamental, éramos los peledeistas y aliados junto al Presidente Leonel Fernández quienes planteábamos que "Para enfrentar con eficacia esa situación, resulta imprescindible reformular la Policía de Medio Ambiente y Recursos Naturales para el Desarrollo Sostenible, razón por la cual promoveremos la aprobación de las leyes sectoriales y especiales sobre ordenamiento territorial, bosque, agua, biodiversidad, seguridad de la biotecnología, manejo de residuos sólidos, espacios costeros y marinos y la reforma de la ley de áreas protegidas".
Eran las voces del compañero Jaime David, de los ambientalistas del partido y aliados, de cada dirigentes, militantes, miembro o simpatizante (siendo el Presidente nuestro relator colectivo), las que se escucharon ese memorable día de celebrarse la Restauración de la República; y por tanto el distinguido compañero miembro del Comité Político al posesionarse en dicha cartera estatal no hacía más que reafirmar el compromiso compartido ("Todos para uno y uno para todos" o "Servir al Partido para Servir al Pueblo").
A los fines de alcanzar metas como nación y sociedad, y en nuestro caso como partido, es irrelevante quién diga qué, sino quién está dispuesto a hacer lo que tiene o debe hacer.
Al pueblo de a pié, triciclo o guagua, y hasta de lujosos vehículos, le importa ante todo ser beneficiario de hechos concretos; y agradece tanto al que orienta y dirige las ideas como al que las lleva a la práctica, como es el caso que nos ocupa respecto de las ejecutorias por venir en la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Desde los organismos de base hasta la encumbrada jerarquía del Comité Político debemos sentir cada uno que somos parte del planteamiento y de las iniciativas a ejecutar para "vivir en armonía con la naturaleza; dejar como legado para las futuras generaciones nuestro actual tesoro ecológico; y establecer nuestro compromiso con la preservación de la Tierra como nuestro hogar común y la supervivencia de la especie humana. Esas serán nuestras más grandes responsabilidades del siglo XXI".
Como en la obra de Dumas pocas personas conocen los particulares nombres de los protagonistas, pero a quiénes resultan ajenos Los Tres Mosqueteros. Así aspiramos a que el pueblo pueda o no memorizar nombres de extraordinarios líderes o dirigentes de nuestra organización, pero sí que resueltamente pueda decir: Ese es un mosquetero peledeista.
El autor es periodista
Subsecretario de Comunicaciones del PLD
Diplomado en Ciencias Políticas
Conviniendo que en su toma de posesión del 16 de agosto pasado el presidente Leonel Fernández Reyna presentó un esbozo representativo del sentir de los peledeistas y aliados en conjunto, llegamos a la lógica conclusión de que quienes nos consideramos tales somos compromisarios de lo planteado en ese discurso.
Por tanto no fue un discurso unipersonal del presidente Fernández. Él asumió su condición de representante de dichos conglomerados políticos como depositario de una voluntad partidaria mayoritaria que le confirió calidad de candidato presidencial, y otra de igual naturaleza que le ratificó al frente de la rama ejecutiva del Estado.
El electorado dictaminó un nuevo mandato gubernamental constitucional para el Partido de la Liberación Dominicana y sus aliados; mandato que ha de tener un rostro con nombre y apellido porque así lo requiere la Constitución y la normativa electoral, pero del que todos somos compromisarios en tanto le elegimos candidato y luego Presidente.
Lo anterior sirve de marco referencial para proclamar que la mística distintiva que hace al PLD "un Partido Único en América" quedó reafirmada en el momento mismo en que el compañero presidente Leonel Fernández Reyna juramentó al compañero Jaime David Fernández Mirabal como Secretario de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Y en cuanto al impasse previo y el desenlace que hoy todos celebramos, esa mística distintiva (que encontramos en Los Tres Mosqueteros de Alejandro Dumas con el "Todos para uno y uno para todos") confiere el rol de portavoz al compañero Leonel de la propuesta colectiva, institucional partidaria, que constituyó su presentación ante la reunión de senadores y diputados junto a invitados extranjeros.
En aras de invocar el "nosotros" y desterrar las conjugaciones en primera o segunda persona, los mosqueteros peledeistas debemos reafirmar el convencimiento de que en la augusta sala del Congreso Nacional eran muchas voces reunidas en una las que manifestaron que "Nos preocupa que la importante diversidad biológica dominicana se encuentre amenazada por la pérdida de la cubierta vegetal y la disminución de la productividad del sistema natural, la sobreexplotación de los recursos naturales, la fuga de recursos genéticos, y la erosión de los recursos costeros y marinos".
En esa histórica ocasión de iniciar como partido un tercer cuatrienio gubernamental, éramos los peledeistas y aliados junto al Presidente Leonel Fernández quienes planteábamos que "Para enfrentar con eficacia esa situación, resulta imprescindible reformular la Policía de Medio Ambiente y Recursos Naturales para el Desarrollo Sostenible, razón por la cual promoveremos la aprobación de las leyes sectoriales y especiales sobre ordenamiento territorial, bosque, agua, biodiversidad, seguridad de la biotecnología, manejo de residuos sólidos, espacios costeros y marinos y la reforma de la ley de áreas protegidas".
Eran las voces del compañero Jaime David, de los ambientalistas del partido y aliados, de cada dirigentes, militantes, miembro o simpatizante (siendo el Presidente nuestro relator colectivo), las que se escucharon ese memorable día de celebrarse la Restauración de la República; y por tanto el distinguido compañero miembro del Comité Político al posesionarse en dicha cartera estatal no hacía más que reafirmar el compromiso compartido ("Todos para uno y uno para todos" o "Servir al Partido para Servir al Pueblo").
A los fines de alcanzar metas como nación y sociedad, y en nuestro caso como partido, es irrelevante quién diga qué, sino quién está dispuesto a hacer lo que tiene o debe hacer.
Al pueblo de a pié, triciclo o guagua, y hasta de lujosos vehículos, le importa ante todo ser beneficiario de hechos concretos; y agradece tanto al que orienta y dirige las ideas como al que las lleva a la práctica, como es el caso que nos ocupa respecto de las ejecutorias por venir en la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Desde los organismos de base hasta la encumbrada jerarquía del Comité Político debemos sentir cada uno que somos parte del planteamiento y de las iniciativas a ejecutar para "vivir en armonía con la naturaleza; dejar como legado para las futuras generaciones nuestro actual tesoro ecológico; y establecer nuestro compromiso con la preservación de la Tierra como nuestro hogar común y la supervivencia de la especie humana. Esas serán nuestras más grandes responsabilidades del siglo XXI".
Como en la obra de Dumas pocas personas conocen los particulares nombres de los protagonistas, pero a quiénes resultan ajenos Los Tres Mosqueteros. Así aspiramos a que el pueblo pueda o no memorizar nombres de extraordinarios líderes o dirigentes de nuestra organización, pero sí que resueltamente pueda decir: Ese es un mosquetero peledeista.
El autor es periodista
Subsecretario de Comunicaciones del PLD
Diplomado en Ciencias Políticas
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