miércoles, 17 de septiembre de 2008

10:26 a. m.

El gobierno estadounidense acudió al rescate de la mayor empresa aseguradora del mundo, American International Group Inc., con un crédito espectacular de 85.000 millones de dólares con cargo al erario y que da al estado una participación 79,9% en AIG y el derecho a cambiar totalmente la dirección de la empresa.
El director general de AIG, Robert Willumstad, sería reemplazado por Edward Liddy, ex presidente de la aseguradora Allstate Corp., según pronostica el diario financiero The Wall Street Journal, en sus ediciones del miércoles, de acuerdo con una fuente que no identificó. Willumstad presidía AIG desde junio.
Las llamadas telefónicas a AIG, para pedir confirmación del cambio directivo no recibieron respuesta.
Fue la segunda vez en un mes que la Reserva Federal utiliza fondos públicos para rescatar una empresa financiera privada, por considerar que su quiebra causaría más estragos en los mercados financieros, además de amenazar el ya frágil estado de la economía.
AIG dijo que cancelará el crédito en su totalidad en dos años y medio según las condiciones del préstamo, con los haberes obtenidos mediante la venta de algunos de sus bienes.
Tras el cierre de los mercados financieros en la víspera, la Fed prestó a AIG el dinero debido a que la aseguradora, pese a tener un excelente y sólido estado de cuentas, sufrió una crisis de liquidez causado por el colapso del mercado de las hipotecas de alto riesgo (subprime) y la contracción del crédito. A cambio, el gobierno federal recibirá el 79,9% de las acciones de AIG y el derecho a cambiar la totalidad de su alta gerencia.
La medida fue similar a la ocurrida el 7 de septiembre cuando el gobierno intervino los bancos hipotecarios privados Fannie Mae y Freddie Mac, cuando el Departamento del Tesoro dijo que estaba dispuesto a invertir con el tiempo y si fuera necesario 100.000 millones de dólares en cada uno para evitar su quiebra, haciendo explícita una garantía oficial que hasta entonces había sido implícita y que según muchos economistas condujo a su precaria situación al permitirle correr enormes riesgos en la calidad de sus portafolios.
La Fed justificó su intervención por considerar que una quiebra precipitada de AIG podría haber puesto en serio peligro la situación de los delicados mercados financieros y la economía estadounidense y global.
Además, "podría encarecer sustancialmente el precio del dinero comprado a crédito, reducir el patrimonio familiar y debilitar materialmente el desempeño de la economía", agregó la Fed.
La decisión de rescatar de la quiebra a AIG fue un giro de 180 grados de la posición adoptada por el gobierno el fin de semana, cuando se negó a intervenir con fondos públicos para impedir la quiebra del banco de inversiones Lehman Brothers Holdings Inc. Lehman, que se declaró el lunes en bancarrota al amparo del capítulo 11 contra sus acreedores, se desplomó bajo el peso de su galopante deuda debido a las hipotecas basura y otros negocios de bienes raíces.

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