viernes, 31 de octubre de 2008

10:43 p. m.
EE. UU.- El candidato demócrata no ha apelado al voto negro directamente, pero este grupo será clave en las votaciones.


Barack Obama podría convertirse en el primer presidente negro de EE.UU., una hazaña histórica que redimiría a la nación de su pasado racista y que el candidato puede lograr sin apelar al voto racial, al menos directamente.


En esta larga carrera electoral, el factor racial ha sido un elemento latente y conflictivo que los demócratas han querido evitar en todo momento, lo que se ha hecho patente en la ausencia de imágenes de Obama con multitudes negras.


Además, Obama -criado y educado entre blancos, aunque de piel negra- ha tenido que moverse durante la campaña por la línea fina que separa estos dos mundos, para evitar que se le identifique como el candidato de los afroamericanos, lo que hubiera provocado rechazo en la mayoría blanca del país.


Así, el senador de Illinois ha hablado en su campaña de racismo y de falta de igualdad, pero ha evitado referencias al legado del reverendo Martin Luther King, que encabezó el movimiento de derechos civiles hace 40 años con su sueño de un país donde no se juzgara a la gente por el color de piel, sino por la forma de ser.


A Obama no le ha hecho falta apelar al votante afroamericano para ganar su adhesión.


Su meteórico ascenso en esta carrera presidencial ha generado una descarga electrizante en la población negra, tradicionalmente apática con la política. Desde Misisipi a Denver, o desde Virginia a Luisiana, los mitines de Obama son un espectáculo sobrecogedor de hombres y mujeres de color, que sufrieron la dureza de la segregación racial, y que ven a uno de ellos con un pie en la Casa Blanca. Jimmy Harold, un afroamericano de Misisipi de 61 años, que durante su juventud no podía entrar en restaurantes y tenía que sentarse en la parte de atrás del autobús, nunca creyó que viviría para ver carteles de un candidato negro a la Presidencia.


“No creí que vería a un afroamericano llegar tan lejos”, dijo.


Las cifras hablan por sí solas. Sondeos revelan que Obama tiene un apoyo férreo entre los de su color de piel, 37 millones de personas, 12%o de la población.


Según los últimos datos del Centro de Estudios Políticos y Económicos, en Washington, el 84% de los votantes negros se identifican como partidarios de Obama, y un 10% -muchos de ellos ancianos son reticentes a dar su opinión- son indecisos.


Algunos argumentan que este fuerte apoyo no hay que atribuirlo al color de la piel de Obama, de padre keniano y madre blanca, sino a su propia ideología demócrata.


Muchos recuerdan que Al Gore ya recibió el 90% del voto negro en el 2000, y John Kerry el 88% cuatro años después. Aunque las encuestas apuntan a su triunfo, muchos advierten que Obama puede ser víctima del llamado ‘efecto Bradley’, bautizado por el ex alcalde de Los Ángeles, Tom Bradley, también negro, que perdió la Gobernación de California en 1982, aunque sondeos lo daban ganador.


Su derrota se atribuyó a que muchos encuestados, motivados por lo que parecía políticamente correcto, dijeron que votarían por un afroamericano, aunque en la cabina electoral hicieron lo contrario.


Pero el verdadero hito de esta campaña no será el apoyo que logrará Obama de los afroamericanos, sino cuántos irán a votar, pues todos los analistas opinan que este año la participación de estos, tradicionalmente desencantados, batirá récords. La campaña de Obama ha cortejado, lógicamente, al votante de color, pero lo ha hecho de manera subrepticia y sin la presencia de cámaras. Representantes de su campaña han rastreado los barrios negros en busca de votantes, así como emisoras de radio, grupos sociales, comercio y barberías.


Además, la campaña demócrata, no ha dudado en utilizar a ídolos, como el jugador de baloncesto LeBron James, el rapero Jay-Z, y al pionero del hip-hop Russell Simmons, para movilizar al votante joven.


El esfuerzo para captar este voto ha sido intenso, pero discreto, como aseguró una de las encargadas de esta operación de marketing selectivo, Corey Ealons. “Si no te diste cuenta de esta campaña, es que tú no eras el objetivo de ella”, dijo.


Obama no cede terreno


El candidato demócrata Barack Obama, confirmó de nuevo ayer su sólida ventaja sobre el candidato republicano John McCain en la mayoría de estados que decidirán las elecciones presidenciales de Estados Unidos.


En Ohio, Obama se impondría por una diferencia de 51% a 42%, mientras que en Pensilvania lo haría con una ventaja de 53% a 41%, según una encuesta de la Universidad de Quinnipiac (Connecticut), publicada ayer.


En Florida, la ventaja de Obama es mucho menor, de 2 puntos de diferencia (47% a 45%).


(AFP) Otras encuestas
Según el sondeo diario que difunden el Washington Post y la cadena televisiva ABC, Obama ganaría las elecciones del próximo martes con una ventaja de 52% a 45%.
Por su parte, una encuesta de la Suffolk University le dio a Obama una ventaja de 10 puntos (50% contra 40%).
Sin embargo, McCain sigue manteniendo su popularidad entre los votantes que se califican blancos en Florida. Un 53% votaría por él, mientras que Obama sólo recoge 40% de simpatías, según el estudio de la Universidad de Quinnipiac.
Pero el diario Los Angeles Times dice que Obama ganaría en Florida por siete puntos.

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