martes, 7 de octubre de 2008

9:28 a. m.
Los presidentes de EE.UU. no son producto ni de elecciones directas ni de una mayoría del voto popular. De momento, Obama ha logrado sacar mayor rédito electoral a crisis de wall Street.

Por PEDRO RODRÍGUEZ.
Tomado de ABC.es

WASHINGTON.- (07/10/2008).- Los presidentes de Estados Unidos -como sirvió para recordar el fiasco de Florida en el 2000- no son producto ni de elecciones directas ni de una mayoría del voto popular.
Por eso, no es una buena señal cuando un personaje como Karl Rove, el legendario “gurú” electoral del presidente Bush, concluye que, en estos momentos, el Partido Republicano ha perdido la Casa Blanca.
Junto con encuestas a nivel nacional que ofrecen resultados favorables a Barack Obama por encima de su margen de error, la verdadera fuente de preocupación para la campaña de John McCain, se centra en toda la compleja matemática estado por estado que hay que cuadrar para ganar las elecciones del 4 noviembre.
Una cita con las urnas que encierra en realidad cincuenta consultas diferentes, una por cada estado de la Unión, para elegir a los miembros del llamado Colegio Electoral, la institución que formalmente designa a los ocupantes de la Casa Blanca.
El Colegio Electoral cuenta con 538 electores asignados a cada estado con una fórmula ponderada que ofrece cierta ventaja a jurisdicciones con poblaciones pequeñas. Por ejemplo, California tiene 55 votos electorales con un 12 por ciento del censo nacional mientras que Wyoming, con tan solo el 0,18 por ciento de la población total, dispone de tres votos electorales.
Este sistema -a veces sugerido como posible modelo para la elección de un presidente de la Unión Europea- se remonta a los difíciles compromisos que supuso la pionera Constitución de EE.UU. redactada en Filadelfia hace más de dos siglos.
En la actualidad, casi todos los Estados de la Unión reparten sus respectivos contingentes de votos electorales bajo el principio del «winner takes all» (el ganador se lo lleva todo). Lo que supone que aunque un candidato presidencial gane por tan solo un voto popular de diferencia en un determinado Estado se hace en bloque con todos los votos electorales en juego. Método de reparto en las antípodas de las ponderaciones utilizadas en otros sistemas electorales, como el de España.
La cifra clave que permite ocupar el despacho oval es una mayoría de 270 votos en el Colegio Electoral. Y los más recientes cálculos, incluidos los del Karl Rove, reflejan un mapa electoral en el que Barack Obama ha pasado ese listón clave de los 270 votos electorales cuando faltan 28 días para la definitiva cita con las urnas. En la lista de estados «indecisos» permanecen solo Nevada, Missouri, Indiana, Ohio, Virginia y Carolina del Norte, según los cálculos de la consultora electoral que dirige Rove desde que abandonó la casa Blanca.
Más estados que John Kerry
De acuerdo a las explicaciones de Karl Rove, que desde que abandonó el equipo de George W. Bush, ejerce de comentarista multimedia, si las elecciones se celebrasen esta semana, Obama ganaría en todos los estados de la Unión donde hace cuatro años se impuso John Kerry frente a George W. Bush. Y sumaría además Nuevo México, Iowa y Colorado, lo que le otorgaría una mayoría de 273 votos electorales y, por tanto, la Presidencia.
Paul Begala, uno de los famosos estrategas de Bill Clinton, ha confirmado cómo la campaña de Obama ha logrado avanzar en lugares donde los demócratas nunca se han atrevido a competir: «No me puedo creer que a un mes de las elecciones estemos hablando de Indiana como un estado empatado. O Carolina del Norte, o Virginia. Obama sería el primer candidato no sureño del Partido Demócrata que gana en un estado del Sur desde John F. Kennedy. Estamos ante un mapa increíble». Con todo, Karl Rove ha insistido en que sus números negativos para los republicanos no constituyen una predicción, ya que «hace tan solo 17 días, McCain tenía en el Colegio Electoral una ventaja de 227 frente a 216. Y hace 15 días, en la víspera de las noticias sobre el plan de rescate, todavía tenía una cierta ventaja».
A su juicio, está claro que Obama ha logrado sacar mayor partido a la crisis de Wall Street y a las inquietudes económicas. Pero Rove insiste en la obligación de no descartar cambios adicionales durante las cuatro semanas que restan de campaña.

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