OVIEDO, España.- La Policía baraja distintas hipótesis sobre las causas de la muerte de María de León Reyes, la mujer de 37 años y de origen dominicano que llevaba una semana en paradero desconocido y que fue hallada el martes en el domicilio de su ex novio en la ciudad asturiana de Gijón (norte).
"No se descarta nada sobre las causas del fallecimiento", aseguró el miércoles el delegado del Gobierno en la región de Asturias, Antonio Trevín, quien precisó que, hasta que no se finalice la autopsia, no se aclarará si se produjo o no una muerte violenta relacionada con la violencia machista.
Lo que sí aclaró es que la fallecida, que llevaba varios años residiendo en Gijón y trabajaba como camarera en un mesón de la ciudad, no había presentado ninguna denuncia policial contra el hombre en cuyo domicilio apareció muerta y que ahora está siendo buscado.
El cadáver se encontraba en "avanzado estado de descomposición", por lo que no se descarta que la mujer llevase muerta desde el mismo día que desapareció, el pasado 31 de julio.
Esa noche, cuando acabó su turno de trabajo, la mujer no fue a su casa como hacía habitualmente, por lo que sus familiares se alertaron ya que, según dijeron en días posteriores a la prensa, siempre estaba pendiente de sus hijos de 10 y 16 años y no se hubiese ido de forma voluntaria.
El entorno familiar apuntó desde un primer momento la posibilidad de que su desaparición estuviese relacionada con un hombre con el que había mantenido una relación hacía dos años.
Tras la desaparición, la ex pareja de la víctima, de unos 40 años, había dejado de ser visto por su casa y tenía cerrados los dos negocios que regenta en Gijón.
Ante esta situación el juez encargado del caso autorizó a la Policía a entrar en el domicilio de este hostelero gijonés, donde fue hallado el cadáver de la mujer sobre una cama.
El comisario de Policía de Gijón, Francisco López Caunedo, explicó hoy que están trabajando sobre "varias hipótesis" para tratar de encontrar a este hombre, que no descarta que haya podido salir del país.
"No se descarta nada sobre las causas del fallecimiento", aseguró el miércoles el delegado del Gobierno en la región de Asturias, Antonio Trevín, quien precisó que, hasta que no se finalice la autopsia, no se aclarará si se produjo o no una muerte violenta relacionada con la violencia machista.
Lo que sí aclaró es que la fallecida, que llevaba varios años residiendo en Gijón y trabajaba como camarera en un mesón de la ciudad, no había presentado ninguna denuncia policial contra el hombre en cuyo domicilio apareció muerta y que ahora está siendo buscado.
El cadáver se encontraba en "avanzado estado de descomposición", por lo que no se descarta que la mujer llevase muerta desde el mismo día que desapareció, el pasado 31 de julio.
Esa noche, cuando acabó su turno de trabajo, la mujer no fue a su casa como hacía habitualmente, por lo que sus familiares se alertaron ya que, según dijeron en días posteriores a la prensa, siempre estaba pendiente de sus hijos de 10 y 16 años y no se hubiese ido de forma voluntaria.
El entorno familiar apuntó desde un primer momento la posibilidad de que su desaparición estuviese relacionada con un hombre con el que había mantenido una relación hacía dos años.
Tras la desaparición, la ex pareja de la víctima, de unos 40 años, había dejado de ser visto por su casa y tenía cerrados los dos negocios que regenta en Gijón.
Ante esta situación el juez encargado del caso autorizó a la Policía a entrar en el domicilio de este hostelero gijonés, donde fue hallado el cadáver de la mujer sobre una cama.
El comisario de Policía de Gijón, Francisco López Caunedo, explicó hoy que están trabajando sobre "varias hipótesis" para tratar de encontrar a este hombre, que no descarta que haya podido salir del país.
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