FLORIDA.- Charles Kinsey levantó los
brazos y gritó a un policía que el hombre autista que estaba sentado en la
calle junto a él no era peligroso. Pocos segundos después, sintió que balas
penetraban su pierna.
El
terapeuta, quien es negro y trabaja con personas con discapacidades, estaba en
la calle con un paciente que se había salido de una instalación donde era
atendido cuando agentes de policía le ordenaron que se acostara en el piso.
Kinsey imaginó que "mientras mantuviera mis brazos levantados, ellos no me
van a disparar. Eso es lo que estoy pensando... Caramba, estaba
equivocado", comentó a una estación de televisión.
La
balacera en Florida ocurrida a inicios de esta semana ilustra el añejo temor
que tienen hombres negros de que casi cualquier encuentro con la policía puede
salir mal, y puede tener resultados letales, aun cuando obedezcan las órdenes
de los agentes.
Se
sabe que la policía aprieta el gatillo "sin importar que uno siga sus
instrucciones", enfatizó Isaial Murray, un trabajador de la construcción
de 28 años de raza negra residente en Detroit.
Algunos
hombres negros cuestionan por qué la policía parece evitar el uso de fuerza
letal en sospechosos blancos peligrosos, como Dylan Roof, quien está acusado de
haber matado nueve personas afroestadounidenses el año pasado en una iglesia en
South Carolina, pero son rápidos para apuntar un arma a negros.
"He
visto incidentes con una persona blanca con un arma a la cadera y (...) ellos
no sacan su pistola. Ellos sacan su Taser (arma inmovilizadora de
electrochoque) para calmarlos", dijo Travis Haynes, de 35 años y residente
de Orlando, quien es negro. "Pero cuando se trata de un hombre negro, lo
primero que hacen es sacar su arma de fuego".
El
lunes en Florida, policías ordenaron a Kinsey y al paciente, quien estaba
sentado en la calle jugando con un camión de juguete, que se acostaran en el
suelo. Kinsey se agachó hacia el pavimento y levanto los brazos mientras
trataba de lograr que el paciente obedeciera la orden, dijo al periódico The
Miami Herald Neal Cuevas, subjefe de policía de North Miami.
Un
agente realizó entonces tres disparos, lesionando una pierna de Kinsey, señaló
Cuevas.
La
policía estaba atendiendo reportes de que un hombre armado con una pistola
amenazaba con matarse, y los agentes llegaron "con esa amenaza en
mente", dijo el jefe de policía. No se encontró en el lugar ninguna
pistola.
El
paciente no resultó herido. La policía no ha revelado el nombre o raza del
policía que disparó, pero dijo que se encuentra en suspensión administrativa,
lo cual es el procedimiento común en estos casos.
La
más reciente balacera ocurre después que dos hombres negros murieron por
disparos de policías blancos en Louisiana y Minnesota. Alton Sterling murió
durante un altercado con dos agentes de Baton Rouge en el estacionamiento de un
minisúper donde estaba vendiendo discos compactos, como lo había hecho durante
años. Los policías estaban respondiendo a un reporte de que un hombre estaba
amenazando a alguien con una pistola. Ellos dijeron que encontraron un arma de
fuego en el bolsillo de Sterling.
Esa
balacera, que fue grabada en video con un teléfono celular, provocó amplias
protestas contra el trato de la policía a la comunidad negra.
Días después murió Philando
Castile, quien tenía permiso de portar un arma de fuego y había dicho a un
policía que tenía una pistola cuando fue detenido el 6 de julio por una
infracción vial en St. Paul, Minnesota. Entonces el agente le disparó
ocasionando su muerte. Momentos después su novia transmitió en vivo la escena a
través de Facebook y dijo que el policía había ordenado a Castile que
presentara su licencia de manejo y que le disparó cuando se movió para sacarla.
"Existe
como una agresión hacia todos los hombres negros, ya sean jóvenes o viejos",
dijo Guy Kirton, de 21 años y residente en Long Island, Nueva York.
La
policía necesita reconocer esta sensación que existe entre los
afroestadounidenses y trabajar para hallar una solución, dijo Chuck Drago, un
expolicía blanco de Oviedo, Florida.
"Percepción
es realidad. Si la gente cree eso, entonces como policías tenemos que hacer
algo para demostrar que están equivocados", dijo Drago. "No podemos
nada más decir: 'No es verdad. Están equivocados''.
Charles Kinsey levantó los brazos y gritó a un policía que el hombre autista que estaba sentado en la calle junto a él no era peligroso. Pocos segundos después, sintió que balas penetraban su pierna.
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