NUEVA YORK.- Veinte y dos universidades de
Estados Unidos, se disputan el ingreso como alumna, de la estudiante dominicana
Camil Fernández, criada en la pobreza y en un hogar con múltiples problemas que
incluyó adicción a las drogas.
Superando
todas las barreras, ella, que es la primera de su familia a las puertas de una
de las universidades más prestigiosas del mundo, cuando la elija, fue aceptada
en la Liga Ivy, una entidad dedicada a ayudar a los estudiantes con excelencia
académica, que sobresalen por sus notas.
Ella
comenzó con su determinación cuando estaba en el quinto grado de una escuela
“KIPP”, cuenta Miguel Cruz Tejada en una información que publica El Nuevo
Diario.
Entre
las universidades que le han enviado cartas aceptándola, figuran las codiciadas
Georgetown, Cornell, Barnard y Wellesley.
Ella
aspira a graduarse en economía y relaciones internacionales y dijo que su
elección apunta a la Universidad de Pensilvania, que está más cerca de Nueva
York, donde vive.
Dijo
que en su vecindario, muchos jóvenes, no se consideran suficientemente buenos
para llegar a la universidad.
"Ese
es el problema, pero esta escuela y mis compañeros y profesores me hicieron
sentir capaz", agregó Fernández.
Sus
padres emigraron desde la República Dominicana y tuvieron que desenvolverse en
precarias situaciones económicas en Estados Unidos.
"He
tenido la suerte de aprender en un entorno en el que se apoya la idea de la
universidad. Los estudiantes con los que estuve en las aulas, tienen la misma
actitud. Todos vivimos cerca. Es una comunidad", expresó Fernández.
Ella
dijo que la idea de la educación superior se le convirtió en inevitable y no en
un sueño de fantasía.
"Camil
tenía una gran cantidad de desafíos en casa", dijo su consejera escolar
Elena Zelaya. "La adicción era frecuente. No era la pobreza. Se trata de
un barrio difícil. Pero perseveró".
Zelaya
añadió que no hay palabras suficientes para describir el tesón y el empeño de
la estudiante dominicana.
"Ella
es una estudiante brillante, trabajadora y que hace que mi trabajo sea muy
importante", explica Zelaya.
Añadió
que el cien por ciento de los estudiantes de KIPP, son aceptados en las
universidades y el 42 por ciento se gradúa.
A
nivel nacional, sólo entre el 8 al 10 por ciento de los estudiantes de las
escuelas públicas de bajos ingresos, se gradúan de la universidad, expuso
Zelaya.
La
estudiante dominicana dijo que espera que la realización de su sueño
universitario será para trazar un nuevo rumbo no sólo para ella, sino para las
futuras generaciones de su familia.
"Mi
hermano nunca fue a la universidad, él tiene hijos ahora que son mis sobrinos.
Nunca pensó en la universidad hasta que vio a hacer esto", dijo Fernández.
Zelaya
informó que se ha creado un fondo para que los estudiantes egresados de KIPP,
puedan mantenerse en las universidades.
Pie. Camil Fernández, alumna excelente, hija de dominicanos.
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