Una vez
más y las veces que sean necesarias, emplearé a fondo mi pluma para llevar un
mensaje de Unidad con la Convergencia a Guillermo Moreno y a otras fuerzas
progresistas que buscan derrotar la reelección, lo que considero, es la
condición indispensable al inicio de un proyecto de nación, para dar un nuevo rumbo
al país, que acabe con el saqueo de los bienes públicos, la impunidad, la gran
desigualdad social, la corrupción, la inseguridad ciudadana, el rompimiento de
la institucionalidad, la vil entrega de nuestros recursos naturales y el
excesivo endeudamiento que aniquila nuestra Soberanía Nacional entre otros
grandes males, no menos destructivos.
Escribo
este mensaje invocativo, impulsado por lo que percibo, es el deseo prioritario
de las grandes mayorías de nuestra nación. En mis conversaciones con la
gente de a pie, me doy cuenta, que el grueso del pueblo, quiere ya, un cambio
de gobierno y que ese cambio solo puede darse con la Unidad de toda la
oposición, resaltando para ese logro, la fórmula: Luis Abinader
Presidente-Guillermo Moreno, Vicepresidente.
Concomitantemente,
ese sentir y querer de nuestro pueblo, también está avalado por los más
prestigiosos intelectuales nuestros. Como las decisiones acertadas de un
rey derivan de escuchar a sus muchos consejeros, me permito traer a colación,
el criterio común de la indispensable unidad de toda la oposición que para
poder derrotar la reelección, han externado en diversos artículos los cerebros
mejor dotados e intencionados de nuestra patria. Para ilustración, veamos
algunos de los párrafos de esos artículos, que apuntan al susodicho llamado de
unidad para derrotar la reelección e iniciar un proyecto de nación. Cito:
Ramón
Antonio Veras: En procura de una unidad programática
En este
artículo, Negro Veras escribe: No vamos a proceder a analizar las motivaciones
que han tenido o tienen luchadores democráticos para no concertar alianzas con
otras fuerzas; sólo haremos precisiones de lo que creemos conviene hacer para
unificar posiciones en torno a puntos concretos.
En un
medio social como el dominicano de hoy, no pueden esperarse aliados políticos químicamente
puros, homogéneos, y de sólidos principios; se impone ser prácticos, sin ceder
en los principios. Pactar con aliados circunstanciales no rebaja la lucha
política por causas justas, simplemente la hace menos áspera y llevadera. Los
hombres y mujeres del país, históricamente identificados con el accionar
político democrático, deben aprovechar las coyunturas electorales para
expresar su sentir, tomando en cuenta la correlación de fuerzas, las
posibilidades de éxitos total o parcial, de sumar para exigir o, simplemente,
aceptar algo ahora, para reclamar mucho después.
Aquellos
que luchan por cambios políticos y sociales verdaderos -continua Negro Veras-
no pueden marginarse de los procesos sociales, aunque las coyunturas no sean
favorables, porque las masas populares no deben ser abandonadas al mensaje de
sus adversarios. A los que buscan embaucar al pueblo hay que enfrentarlos
con la denuncia verdadera, certera y esperanzadora. Si conviene a los
intereses de las grandes mayorías nacionales que sus más
dignos representantes, abandonando el puritanismo y con
un pañuelo en la nariz, sentarse a debatir un programa mínimo
de lucha con sectores opuestos ideológicamente, pero dispuestos a
ceder, hay que ir a la mesa de negociación para ver qué se puede
lograr.
En
política hay que ser realista, estar preparado para bregar en todos los
escenarios; ante aliados y adversarios, obrar con el convencimiento de que en
todo asunto político subyace un interés clasista. Cada actor procura
sacar la mayor ventaja para su clase, sector o capa social. Lo que se ha
visto hasta ahora es que en el seno del pueblo dominicano hay hombres y mujeres
con suficiente talento y honestidad, que morirán siendo muy serios y virtuosos,
pero condiciones, que para nada sirvieron al quehacer político y democrático
del país.
Demuestra
lucidez política -prosigue exponiendo Negro Veras- quien va a tratar puntos
sobre unidad programática, consciente de que las negociaciones no se
desarrollan sin contradicciones, sin obstáculos ni dificultades a vencer. Los
inconvenientes son previsibles, pero hay que elevarse sobre ellos y superarlos
con inteligencia para lograr el acercamiento posible y deseado. El
momento es para mujeres y hombres que, con visión democrática, vean nítidamente
clara la necesidad de la unidad en base a puntos programáticos y no en reparto
de cargos, para contribuir a la creación de bases firmes para una alianza
futura de mayores proporciones.
En la
presente ocasión, ante las peculiares condiciones actuales, el político sagaz y
realista, con orientación certera, ha de aplicar una táctica flexible,
defendiendo sus ideas con audacia y sin claudicación, para lograr acuerdos
programáticos que recojan, entre otros, puntos tales como estímulo del progreso
económico, asegurar la ocupación a todas las personas aptas para el
trabajo, defensa de los recursos naturales nacionales frente a los intereses
extranjeros, elevar el nivel de vida de la masa trabajadora, una política
exterior independiente y de colaboración pacifica, el desarrollo del comercio
con todos los países; adecentamiento de la vida pública y la creación de
mecanismos para la instauración de instituciones funcionales. No
importa lo dura y porfiada que sea la lucha por la unidad, lo importante es
lograrla sin ceder en los principios.
Las
discrepancias son normales entre organizaciones políticas con posiciones
ideológicas opuestas; las divergencias siempre están presentes por criterios
subjetivos que agrietan la unidad, crean fisuras. Pero lo que debe primar es
ponerse de acuerdo en lo que une, y no insistir en lo que separa y se convierte
en fatal tropiezo. Si se acercan mutuamente diversas organizaciones
políticas a los fines de acordar puntos programáticos a ejecutar en los marcos
de un proceso electoral, las partes han de ir convencidas de que la unidad es
posible y necesaria, independientemente de las discrepancias teóricas que
surjan. En la negociación ha de primar el dialogo, la plática franca, la
conversación respetuosa.
Finalmente
expone Negro Veras: En procura de avanzar por conquistas positivas para el
pueblo, las fuerzas democráticas, en los encuentros por la unidad, en las
negociaciones deben hacer suyas las ideas de Georgi Dimitrov, con relación a
los frentes populares: a.-) Si están en mayoría, imponen sus puntos de vista;
b.-) en igualdad de condiciones, discuten; c.-) si están en minoría, pura y
simplemente, se funden.
Rosario
Espinal: Guillermo y Minou
Entre
los oposicionistas al gobierno el voto se fragmentará. Al ser Luis Abinader la
primera opción opositora y provenir del PRD, captará un segmento importante del
perredeísmo. El resto de los votantes se dividirá entre las otras
opciones. A través de la campaña, tanto Guillermo como Minou han
enfatizado la doble vuelta como opción deseable y razón para mantener sus
candidaturas propias. Medir el techo de cada candidato en primera vuelta,
ha dicho Guillermo; darle opciones al electorado y forzar una segunda vuelta,
ha dicho Minou.
Pero
cualquier cálculo elemental plantea la siguiente interrogante. El PRM está en
segundo lugar, y a mayo, es difícil su desplome total. Por eso, una segunda
vuelta, de ocurrir, sería entre Medina y Abinader. ¿En qué favorece entonces
una segunda vuelta a Guillermo o a Minou? ¿O piensan que el PLD y el PRM se
desplomarán y ellos serán la primera o segunda opción? La franja de
votantes de Guillermo y Minou consiste en electores críticos, desencantados con
los partidos tradicionales y dispuestos a votar. Con candidaturas
presidenciales separadas, recibirán menos votos cada uno.
Rafael
Chaljub Mejía: El juego suicida a la segunda vuelta
No sé
cuál beneficio esperan obtener los dirigentes opositores que se niegan a la
unidad anti-reeleccionista bajo el decir que las elecciones no se decidirán en
mayo próximo, sino en una segunda vuelta. Aunque nunca han confesado
explícitamente en que basan su actitud, es posible que esperen en una eventual
segunda vuelta, para convertirse en la fuerza que inclinaría la balanza y así
cotizarse más caro, políticamente hablando. Sea esa o no, su estrategia,
a esos líderes hay que advertirles el juego peligroso que están jugando
En una
coyuntura electoral tan difícil, frente a rivales tan poderosos, parecerían
decir: No importa el poder del adversario, ni la necesidad imperiosa de sumar
fuerzas contra él, mantengamos divididos, que cada candidato opositor deposite
y cuente sus votos aparte, porque, como el candidato oficialista no ganará en
primera vuelta, entonces en la segunda hablamos y tal vez nos podríamos poner
de acuerdo. Eso se llama aventurerismo, jugar a la política de la quiniela y a
la ruleta rusa.
El
candidato que se enfrente al presidente Danilo Medina tiene que sumar todos los
votos que puedan ser sumados y esto es imposible si cada quien se va por una
senda distinta. Hay que sumar ahora. Ir en contra de esa necesidad
es contribuir a que la reelección pase y probablemente a que tampoco haya
segunda vuelta. Así, que no le veo sentido a este juego a una segunda vuelta,
cuyas posibilidades, al día de hoy, no están seguras.
Miguel
Espaillat: Guillermo Moreno: Discurso y actitudes de un soñador: (Guillermo
juega a la ruleta rusa).
El
tiempo, como siempre, indómito, ha pasado, y Minou, ya vemos que se ha quedado
sin pito y sin flauta, y que nuestro admirado Guillermo va por el mismo
camino. Es totalmente imposible que sus planes cuajen tal como él los
tiene concebidos. No puedo asegurar como lo hace Guillermo, de que habrá
una segunda vuelta; si puedo razonar, que la independencia de él, puede impedir
una segunda vuelta, porque las fuerzas de la contienda se hayan polarizado y el
pueblo opte por el PRM en primera vuelta, o que gane la reelección, por la suma
de sus poderes convergentes, comisión de fraudes, trampas y malicias de todo
género. Es una situación en la que Guillermo está jugando a la ruleta
rusa, porque si Danilo se queda por su jugada de actuar en solitario, él, habrá
descerrajado un tiro a la cabeza de su persona y a su Partido.
Juan
Bolívar Díaz La oposición política va al matadero electoral
Frente a
las enormes ventajas de que dispone el Partido-Estado sólo una fuerte unidad de
propósito, programática y de candidaturas de oposición, podría generar
competencia y cambiar la percepción de invencibilidad que influye en el estado
de opinión pública. Eso No lo han comprendido los dirigentes de múltiples
grupos políticos dispersos. Algunos sustentan una hipócrita apuesta a una
segunda vuelta electoral, sugiriendo, que para entonces se impondría la
concertación, cuando hay indicadores de que sólo la unidad desde ahora
generaría sinergias para detener el reeleccionismo.
César
Pérez: Los alternativos y la relación entre ética y política
En
nuestro país, la presente coyuntura electoral sitúa de nuevo a algunos grupos
auto percibidos como alternativos ante un dilema crucial: deben decidir si
participar o no en una confluencia de diversas fuerzas políticas para impedir
la reelección del inmovilismo, la corrupción y la impunidad. Asumiendo la
ética de los principios, hasta el momento mantienen un discurso de auto
marginación del bloque opositor de mayor peso electoral, creyendo que con ese
alejamiento reafirman la pureza de sus posiciones.
Como en
otras ocasiones, emerge en ellos esa actitud psicológica de propensión a la
derrota, la cual no les importa sufrir porque con ella creen confirmar sus
diferencias con los “impuros”. Convencidos por la fe, apuestan a un
futuro ineluctable que “les pertenece” y, por tanto, no les preocupa una
derrota coyuntural ni las consecuencias de sus posiciones. Es una
constante en la historia de la izquierda dominicana, con ella reafirman esa
inveterada tendencia de nosotros, los dominicanos, hacia el rechazo de acuerdos
o compromisos trascendentes de cara al futuro. Por eso, en una coyuntura
crucial, como la presente, cualquier posición que no apunte hacia el cambio no
es política, sino ideología (falsa conciencia”), por lo tanto reaccionaria.
Felipe
Ciprián: El más grave error de los alternativos
Hoy los
remanentes de la izquierda quieren seguir testimoniando que son adalides de los
principios (¿Cuáles principios, chicos?) mientras dispersan el voto opositor
que se convierte en un derivado efectivo para que la reelección siga adelante
como si nadie la viere pasar. Por paradójico que sea, Guillermo Moreno,
Minou Tavárez y las fuerzas que los respaldan, siguen repitiendo la historia y
no quieren comprender que un pacto político legislativo y municipal con el Partido
Revolucionario Moderno (PRM) los coloca más cerca del poder y del pueblo, que
obtener –en el mejor de los casos- 2% de los votos presidenciales.
Hay que
ser muy tonto en política para dividir a la oposición en un momento en que el
PLD está realmente dividido entre las fuerzas de Leonel Fernández y del
presidente Danilo Medina, lo que pone en serio riesgo la reelección
presidencial y mucho más, la reelección de senadores y diputados del PLD en
todo el territorio nacional.
Marino
Zapete: El pueblo, la gente, no quiere a Danilo Medina ni al PLD.
En el
PLD hay conciencia de que la mayoría del pueblo dominicano no los quiere.
Pero hay una debilidad, en el sentido de que la oposición es vulnerable y que
no se ha producido un encuentro opositor, en que pudieran estar el PRM, Minou
Tavárez, Guillermo Moreno y esos grupos, en torno a un programa; eso sería lo
conveniente, que ellos llegaran a un acuerdo programático, que se establezca
mediante una fórmula democrática, que es la participación del pueblo. Que
las candidaturas que se van a llevar sean gente del pueblo, gente decente; eso
fuera lo suficiente para aplastar la candidatura de Danilo Medina y el PLD en
las elecciones que vienen".
Conclusión
Con
similares criterios de la necesidad de la Unidad de la oposición, para derrotar
la reelección del Presidente-Candidato Danilo Medina, y consecuentemente poner
en ejecución un proyecto de nación, se pronuncian otros intelectuales con la
autoridad moral y excelencia académica de un Andrés L. Mateo, Francisco Álvarez
Valdez, Melvin Mañón y otros; y para mas, la mayoría del pueblo, que hastiado
del inmundo peledeismo, anhela un cambio drástico de gobierno.
Hasta
aquí, estas reflexiones. Espero que las mismas, sean analizadas y
asimiladas por los sectores que aún no se han integrado a la Convergencia de
Partidos, que busca derrotar la reelección, para iniciar un verdadero
"Proyecto de Nación". Vaya este llamado, muy especialmente a
Guillermo Moreno y a Minou Tavárez Mirabal, de quienes espero, sensatez y
grandeza, para que en un acto patriótico, se desprendan de motivaciones
personales en aras de logros sociales, políticos y económicos que beneficien a
toda nuestra nación. Que Dios ilumine sus mentes, para que como el rey
prudente, se decanten por escuchar las recomendaciones de sus sabios
consejeros. A Guillermo solo me resta decirle: cásate con tu
pueblo...llénate de gloria... lanza una vez más el "Grito Restaurador de
Capotillo", adjunto a las fuerzas progresistas, que tan solo unidas,
pueden derrotar la aberración del reeleccionismo. Que responda al
reto...es lo que todo un pueblo hambriento de pan y justicia social, espera de
ti. No lo defraudes.
Autor: Miguel Espaillat Grullón, vive en Nueva York.
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