Desde que dejó la Casa Blanca, hace ocho años, Clinton ha recaudado más de 500 millones para su Fundación Bill Clinton, que puede mostrar conexiones con figuras internacionales en favor de políticas que podrían estar en conflicto con las de la nueva administración Obama. Tomado de El Universal.com.mx
WASHINGTON.— Convencido de que su esposa “sería una gran secretaria de Estado”, el ex presidente Bill Clinton aprovechó su visita de fin de semana a Kuwait —donde participó en un encuentro organizado por el Banco Central de ese emirato del golfo Pérsico— para apoyar la posible designación de Hillary como la nueva cabeza del Departamento de Estado.
Lo que no dijo Bill Clinton es que, en caso de confirmarse la designación de Hillary en el gabinete de Barack Obama, sus prósperas misiones filantrópicas por todo el mundo podrían crear conflictos de interés y convertirse en un quebradero de cabeza no sólo para su esposa, sino para la administración entrante.
Quizá por ello, el entusiasmo de Bill Clinton a la hora de apoyar la posible designación de su esposa como máxima responsable de la diplomacia estadounidense se encuentra hoy en relación directa con el grado de celo y escrutinio que un grupo de asesores de Obama han desplegado para revisar las finanzas y actividades del ex presidente que, desde que abandonó la Casa Blanca, se ha convertido en un trotamundos y en un profesional multimillonario de la filantropía con numerosas conexiones con gobiernos y magnates de empresas.
De las pesquisas que ha iniciado el equipo de transición de Obama, para descubrir cualquier daño potencial a la nominación de Hillary como futura secretaria de Estado, han dado cuenta varios asesores del presidente electo, a través de filtraciones deslizadas a The New York Times y a The Washington Post.
Según estos medios, entre las preocupaciones del equipo de transición figura la opacidad con que Bill ha manejado sus finanzas desde que abandonó la Casa Blanca y que fue incapaz de aclarar del todo la propia Hillary durante la dura contienda que la enfrentó con Obama por la nominación del Partido Demócrata a la Presidencia.
El matrimonio Clinton ha declarado un ingreso de aproximadamente 109 millones de dólares durante los años de la administración Bush. Pero no han querido revelar los nombres de algunos de sus benefactores en la construcción de la biblioteca presidencial Clinton en Little Rock, Arkansas.
Desde que dejó la Casa Blanca, hace ocho años, Clinton ha recaudado más de 500 millones para su Fundación Bill Clinton, que puede mostrar conexiones con figuras internacionales en favor de políticas que podrían estar en conflicto con las de la nueva administración Obama.
Al mismo tiempo, la posible designación de Hillary Clinton como secretaria de Estado —un cargo por el que también puja el gobernador de Nuevo México, Bill Richardson— ha comenzado a ganar terreno en el ánimo político de varios senadores del Partido Demócrata y del republicano. “Creo que tiene el temperamento y la experiencia” necesarios para el cargo, aseguró el senador republicano por Arizona, Jon Kyl. “Tiene muy buenas relaciones bipartidistas”, dijo a su vez el senador demócrata, Byron Dorgan.
Lo que no dijo Bill Clinton es que, en caso de confirmarse la designación de Hillary en el gabinete de Barack Obama, sus prósperas misiones filantrópicas por todo el mundo podrían crear conflictos de interés y convertirse en un quebradero de cabeza no sólo para su esposa, sino para la administración entrante.
Quizá por ello, el entusiasmo de Bill Clinton a la hora de apoyar la posible designación de su esposa como máxima responsable de la diplomacia estadounidense se encuentra hoy en relación directa con el grado de celo y escrutinio que un grupo de asesores de Obama han desplegado para revisar las finanzas y actividades del ex presidente que, desde que abandonó la Casa Blanca, se ha convertido en un trotamundos y en un profesional multimillonario de la filantropía con numerosas conexiones con gobiernos y magnates de empresas.
De las pesquisas que ha iniciado el equipo de transición de Obama, para descubrir cualquier daño potencial a la nominación de Hillary como futura secretaria de Estado, han dado cuenta varios asesores del presidente electo, a través de filtraciones deslizadas a The New York Times y a The Washington Post.
Según estos medios, entre las preocupaciones del equipo de transición figura la opacidad con que Bill ha manejado sus finanzas desde que abandonó la Casa Blanca y que fue incapaz de aclarar del todo la propia Hillary durante la dura contienda que la enfrentó con Obama por la nominación del Partido Demócrata a la Presidencia.
El matrimonio Clinton ha declarado un ingreso de aproximadamente 109 millones de dólares durante los años de la administración Bush. Pero no han querido revelar los nombres de algunos de sus benefactores en la construcción de la biblioteca presidencial Clinton en Little Rock, Arkansas.
Desde que dejó la Casa Blanca, hace ocho años, Clinton ha recaudado más de 500 millones para su Fundación Bill Clinton, que puede mostrar conexiones con figuras internacionales en favor de políticas que podrían estar en conflicto con las de la nueva administración Obama.
Al mismo tiempo, la posible designación de Hillary Clinton como secretaria de Estado —un cargo por el que también puja el gobernador de Nuevo México, Bill Richardson— ha comenzado a ganar terreno en el ánimo político de varios senadores del Partido Demócrata y del republicano. “Creo que tiene el temperamento y la experiencia” necesarios para el cargo, aseguró el senador republicano por Arizona, Jon Kyl. “Tiene muy buenas relaciones bipartidistas”, dijo a su vez el senador demócrata, Byron Dorgan.
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