jueves, 21 de julio de 2016

11:07 p. m.


FLORIDA.- Charles Kinsey levantó los brazos y gritó a un policía que el hombre autista que estaba sentado en la calle junto a él no era peligroso. Pocos segundos después, sintió que balas penetraban su pierna.
El terapeuta, quien es negro y trabaja con personas con discapacidades, estaba en la calle con un paciente que se había salido de una instalación donde era atendido cuando agentes de policía le ordenaron que se acostara en el piso. Kinsey imaginó que "mientras mantuviera mis brazos levantados, ellos no me van a disparar. Eso es lo que estoy pensando... Caramba, estaba equivocado", comentó a una estación de televisión.
La balacera en Florida ocurrida a inicios de esta semana ilustra el añejo temor que tienen hombres negros de que casi cualquier encuentro con la policía puede salir mal, y puede tener resultados letales, aun cuando obedezcan las órdenes de los agentes.
Se sabe que la policía aprieta el gatillo "sin importar que uno siga sus instrucciones", enfatizó Isaial Murray, un trabajador de la construcción de 28 años de raza negra residente en Detroit.
Algunos hombres negros cuestionan por qué la policía parece evitar el uso de fuerza letal en sospechosos blancos peligrosos, como Dylan Roof, quien está acusado de haber matado nueve personas afroestadounidenses el año pasado en una iglesia en South Carolina, pero son rápidos para apuntar un arma a negros.
"He visto incidentes con una persona blanca con un arma a la cadera y (...) ellos no sacan su pistola. Ellos sacan su Taser (arma inmovilizadora de electrochoque) para calmarlos", dijo Travis Haynes, de 35 años y residente de Orlando, quien es negro. "Pero cuando se trata de un hombre negro, lo primero que hacen es sacar su arma de fuego".
El lunes en Florida, policías ordenaron a Kinsey y al paciente, quien estaba sentado en la calle jugando con un camión de juguete, que se acostaran en el suelo. Kinsey se agachó hacia el pavimento y levanto los brazos mientras trataba de lograr que el paciente obedeciera la orden, dijo al periódico The Miami Herald Neal Cuevas, subjefe de policía de North Miami.
Un agente realizó entonces tres disparos, lesionando una pierna de Kinsey, señaló Cuevas.
La policía estaba atendiendo reportes de que un hombre armado con una pistola amenazaba con matarse, y los agentes llegaron "con esa amenaza en mente", dijo el jefe de policía. No se encontró en el lugar ninguna pistola.
El paciente no resultó herido. La policía no ha revelado el nombre o raza del policía que disparó, pero dijo que se encuentra en suspensión administrativa, lo cual es el procedimiento común en estos casos.
La más reciente balacera ocurre después que dos hombres negros murieron por disparos de policías blancos en Louisiana y Minnesota. Alton Sterling murió durante un altercado con dos agentes de Baton Rouge en el estacionamiento de un minisúper donde estaba vendiendo discos compactos, como lo había hecho durante años. Los policías estaban respondiendo a un reporte de que un hombre estaba amenazando a alguien con una pistola. Ellos dijeron que encontraron un arma de fuego en el bolsillo de Sterling.
Esa balacera, que fue grabada en video con un teléfono celular, provocó amplias protestas contra el trato de la policía a la comunidad negra.
Días después murió Philando Castile, quien tenía permiso de portar un arma de fuego y había dicho a un policía que tenía una pistola cuando fue detenido el 6 de julio por una infracción vial en St. Paul, Minnesota. Entonces el agente le disparó ocasionando su muerte. Momentos después su novia transmitió en vivo la escena a través de Facebook y dijo que el policía había ordenado a Castile que presentara su licencia de manejo y que le disparó cuando se movió para sacarla.
"Existe como una agresión hacia todos los hombres negros, ya sean jóvenes o viejos", dijo Guy Kirton, de 21 años y residente en Long Island, Nueva York.
La policía necesita reconocer esta sensación que existe entre los afroestadounidenses y trabajar para hallar una solución, dijo Chuck Drago, un expolicía blanco de Oviedo, Florida.
"Percepción es realidad. Si la gente cree eso, entonces como policías tenemos que hacer algo para demostrar que están equivocados", dijo Drago. "No podemos nada más decir: 'No es verdad. Están equivocados''.





Charles Kinsey levantó los brazos y gritó a un policía que el hombre autista que estaba sentado en la calle junto a él no era peligroso. Pocos segundos después, sintió que balas penetraban su pierna.

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